La fallida reapertura de palacio Baburizza
El Museo de Bellas Artes de Valparaíso se instaló por primera vez en 1895, en el segundo nivel del teatro de la Victoria, ubicado en ese entonces al frente de la Plaza Simón Bolívar. La iniciativa de la creación del museo partió de Alfredo Valenzuela Puelma, quien administraba el teatro. Así se habilitaron algunos salones para montar la exposición, hasta que el terremoto de 1906 derrumbó el edificio…
Posteriormente se destinó una sede temporal para el museo, que se ubicaba en la calle Condell, mientras se creara una definitiva. La iniciativa en este caso fue por parte de artistas porteños de renombre (entre ellos Camilo Mori y Augusto D´Halmar). La exposición fue inaugurada en 1942 y contaba con 150 obras que el museo nacional de Bellas Artes había destinado para el salón porteño, además de varias donaciones de artistas de renombre y otras personalidades importantes que habían respaldado la iniciativa desde un comienzo. Pero la sede no fue definitiva, la colección siguió mudándose, primero al Palacio Purcell frente al Parque Italia, posteriormente a una sucursal bancaria en la calle Salvador Donoso hasta la actualidad, que se ubica en el Palacio Baburizza.
Con tanto cambio las obras sufrieron un importante deterioro, por lo cual, en el año 2000 el Centro de Restauración y Estudios Artísticos (CREA), en acuerdo con la Municipalidad de Valparaíso, recupera 244 obras del museo con un costo de 480 millones de pesos.
En el año 2003 la Compagnia Italiana di Conservazione, vinculada con CREA elaboran un proyecto para restaurar el palacio Baburizza, sede del museo de Bellas Artes, con un aporte monetario de la fundación Luksic y fondos BID. Se firma un convenio con el municipio para la restauración del palacio, y se financia un proyecto de 75 millones de pesos que fue elaborado por los arquitectos Undurraga y Deves.
Sin embargo la rehabilitación y reapertura del edificio no se concretó, ya que el alcalde objeta que en el futuro directorio de la fundación se dejaba en minoría al municipio y que además el proyecto era inviable por costos. Ante esto, la Compagnia Italiana de Conservazione y CREA presentaron un libro sobre el proceso de la frustrada restauración del palacio, que además muestra las 244 obras restauradas y no exhibidas que momentáneamente se encuentran en el Senado. La idea del libro, según el director de la Compagnia, es dejar constancia de la contundencia del proyecto presentado, que aún contando con financiamiento, no se ejecutó. Ellos ponen en duda las razones expuestas por Cornejo para congelar el proceso, alegando que la razón dada, la conformación del directorio del museo, no es realmente el problema.
Parece ilógico que una propuesta sólida haya sido congelada por el municipio, y los fundamentos para esto no están en lo absoluto claros. En el intertanto, existe un edificio importante que alberga una colección valiosa, existe un proyecto de restauración y habilitación tanto del edificio como de las obras, hay financiamiento, y sin embargo, el proceso está congelado por que la autoridad del municipio dentro del directorio es muy baja…
En una ciudad que se proclama como el epicentro cultural, es difícil de entender que la gestión de un museo sea tan intrincada y con resultados tan pobres.
Fuentes:
Julio Hurtado, Aciertos y desaciertos de la Burocracia, el Mercurio de Valparaíso, 1 junio 2008.
Fotos palacio Baburizza: Felipe Guillón G.