Transantiago y el nuevo poder de los ciudadanos

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Fuente: Teletrece Online

Hace algunos días comentábamos en Plataforma de la lamentable muerte de un chofer de Transantiago, presuntamente por las lesiones recibidas luego de una brutal golpiza a manos de un grupo de delincuentes que no querían cancelar su pasaje.

Esta semana vimos la otra cara de la moneda, al enterarnos de que pasajeros de un bus lograron detener y entregar a la justicia a un chofer del recorrido 417e al percatarse de que éste se encontraba manejando bajo la influencia del alcohol.

Alejándonos del análisis obvio, uno de los cambios poco perceptibles luego de la implementación de Transantiago es la forma en que estas políticas públicas -exitosas o no- cambian la manera de accionar de los ciudadanos. El cómo, en el caso de la locomoción pública, se pasa de ser meros espectadores de un sistema, a ser partícipes y agentes de fiscalización.

Un aspecto interesante y hasta ahora poco mencionado es la manera de como los usuarios del transporte público de la ciudad de Santiago han cambiado la forma en que se relacionan con los choferes de los buses.

Hasta antes de la entrada en operación del sistema, los choferes de la locomoción colectiva actuaban como amos y señores de lo que pasaba arriba en el bus. Decidían desde si detenerse o no a tomar un pasajero, hasta en qué lugar hacerlo. Del mismo modo los pasajeros no tenían el poder para hacer respetar sus derechos y continuamente se escuchaban denuncias de agresiones de las que eran víctimas en el sistema “amarillo”.

Sin embargo en el nuevo sistema, la jerarquía de poder se ha invertido. Ahora las víctimas de los abusos y agresiones son los choferes, siendo los pasajeros los que tienen las de ganar. Llamar a Carabineros, detener micros ante el mínimo riesgo son sólo las situaciones más relevantes que salen a la prensa, pero en el día a día es notorio como los reclamos e interpelaciones a los llamados “operadores” por parte de los pasajeros son cada vez más signos de un cliente que espera un mejor servicio y no de un mero receptor de un beneficio.

Del mismo modo, este poder se presta para abusos que, a diferencia del viejo sistema, esta vez vienen del lado del que se sube a la micro.

¿Estaremos frente a la esperada participación ciudadana?