Inmigrantes peruanos reactivan sectores deprimidos de Santiago
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Los Inmigrantes hoy
Los fenómenos migratorios tienen una importancia considerable en la economía global de mercado. Además del flujo de bienes y capital, los inmigrantes representan el flujo del trabajo. La situación se repite, a distintas escalas, en muchas partes del mundo; economías vigorosas atraen población desde los países vecinos. Es así como en Europa, por ejemplo, se ha llegado a una situación de desigualdades sociales que se ha visto representadas y mediatizadas en el mundo retratando a los inmigrantes como víctimas, ya sea de una persona o conglomerado de personas, de un joven catalán racista o exaltados seguidores del fútbol, o de un contexto legal y social desfavorable, como sucede en Chile con los peruanos. Un estudio reciente ha abordado cómo éstos últimos han contribuido a revitalizar sectores deteriorados de comunas como Santiago Centro e Independencia.
En su libro “Una Sociología de la Globalización”, Saskia Sassen intenta hacernos concientes del régimen ideológico que establece que dentro de las representaciones de estas economías globales, el flujo de trabajo quede absolutamente devaluado frente al del capital y los bienes. Esto plantea la problemática de la marginalidad social y política [además de la económica], de los grupos de inmigrantes; ellos representan el flujo internacional de trabajo. Sassen nos recuerda la importancia del trabajo, tanto como de los otros tipos de “flujos”, en el juego de la globalización – en el que en países como Chile hemos aceptado gustosamente jugar. Existe un potencial político enorme en la necesaria valoración de estos grupos, quienes ocupan un lugar importante en las sociedades que los recogen. Tomando un extrañamente lúcido comentarista de TV, aparecido también en un post anterior:
“Nos guste o no, Chile que se enorgullece de su integración al mundo globalizado es y será un país con cada vez mayores niveles de multiplicidad cultural y étnica. En este marco, los medios y, en particular la TV, juegan un rol central, al ser los grandes constructores de estereotipos que son asumidos como verdades colectivas. Es necesario, por lo tanto, diversificar y complejizar el discurso mediático sobre los extranjeros residentes. Los peruanos son víctimas de la intolerancia y los abusos, pero también son protagonistas activos de nuestro devenir social, contribuyendo a crear empleo y dinamizando la economía, enseñándonos a hablar como corresponde el español, mejorando cualitativamente la oferta gastronómica de Santiago y, en definitiva, contribuyendo a que superemos nuestro enraizado provincianismo“.
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Los Peruanos en Santiago
Es en medio de este contexto donde adquiere mayor interés la investigación realizada en el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, a cargo de María Elena Ducci y Loreto Rojas, “mostrando la influencia local de las expresiones culturales de la comunidad peruana y las transformaciones que están provocando en la ciudad, las investigadoras buscan cambiar la mirada hacia las migraciones descubriendo sus aspectos positivos y su potencial”.
“Según datos del último Censo del 2002, entre 1992 y 2002 llegaron al país un promedio de 19 mil inmigrantes anuales. Pero las cifras de ingreso y egreso de extranjeros con visa de turista que maneja la Dirección Nacional de Investigaciones evidencian que el fenómeno es mucho mayor. Según esta fuente el promedio de extranjeros que se han quedado en el país es de alrededor de 60 mil por año. El 52 por ciento proviene de Argentina y Perú.
(…)Las investigadoras, la profesora María Elena Ducci y Loreto Rojas, explican que a diferencia de la mayoría de los estudios sobre migraciones realizados, que son de carácter cuantitativo, su enfoque es cualitativo. La fuente fundamental de información proviene de la voz y experiencia de los mismos migrantes, mediante el uso de técnicas como entrevistas en profundidad, historias de vida y observación etnográfica. Esto permitió establecer los principales temas de preocupación de los peruanos recién llegados tales como la ilegalidad, las dificultades para obtener alojamiento y empleo, la discriminación, y la fuerza de las expresiones culturales de su país que están reproduciendo en Santiago.
El otro aspecto distintivo del trabajo tiene que ver con el uso de la ciudad. “Estamos enfocados en cómo los migrantes están desarrollando la ciudad y enfatizando las partes positivas que creemos que se están observando, porque si no se hace algo en este sentido en poco rato vamos a tener un problema de xenofobia fuerte”, sostiene Ducci.
La investigación describe tres espacios de Santiago reconocidos como centros de reunión de la comunidad peruana: la calle Catedral, también llamada “la Pequeña Lima”; la Vega Central y calle Rivera. “La gente habla de una reactivación de sectores que estaban muy muertos, en que los comercios son de peruanos, donde los colores son diferentes y caminar por ahí hoy no tiene nada que ver con lo que era ese lugar hace cinco o diez años”, dice la geógrafa Loreto Rojas.
Parte de este trabajo consistió en realizar un levantamiento planimétrico de las manzanas de calle Catedral que presentan mayor actividad comercial orientada a los peruanos. El informe señala respecto a este nuevo uso que “ha reactivado fuertemente esta zona, especialmente los fines de semana, contrastando fuertemente con la baja o nula actividad comercial de otras zonas del centro de Santiago”. Más adelante, se agrega: “Dentro de la gran variedad de locales en calle Catedral, soprende la intensa ocupación de las galerías comerciales, tipología que al interior del centro está en deterioro (…) El ejemplo más exacerbado de ese fenómeno de ocupación comercial lo presentó la Galería Bandera Centro”.
Lo mismo ha ocurrido en el sector de Independencia, donde los nuevos comercios y la presencia de peruanos han tenido un efecto reactivador. Las investigadoras sostienen que es fundamental cambiar la mirada hacia las migraciones descubriendo sus aspectos positivos y su potencial. Además advierten que es importante entender y prever los problemas que se pueden generar. “No existe en el país una política migratoria que, además de prevenir la generación de conflictos, busque una adecuada integración de los inmigrantes y prevea las necesidades que están generando los recién llegados”, concluyen.” (extracto de NOTICIAS UC)
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