Santiago duplicará áreas verdes en 2020 con nuevo plan regulador
(La Tercera, 26/08/2008)
De concretarse las modificaciones, la capital pasaría de tener 4,7 metros cuadrados de áreas verdes por habitante a cerca de 10, estándar recomendado por la OMS. Por Carolina Araya
Poco menos de un mes queda para el inicio de la primavera, estación del año en que plazas y parques se llenan de niños y adultos que buscan pasar la tarde al aire libre, haciendo algún deporte o participando de algún picnic familiar. Sin embargo, en Santiago las opciones son reducidas, sobre todo en la zona surponiente, desde la cual sus vecinos deben viajar largas distancias si quieren acceder a las áreas verdes.
Según la seremi de Vivienda Metropolitana, en la capital hay sólo 4,7 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, la mitad de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es por ello que una de las mayores preocupaciones de la propuesta del nuevo plan regulador capitalino se relaciona con la construcción de parques urbanos y el aumento de las zonas de forestación.
“Pensamos en un 38% de las nueve mil hectáreas de expansión urbana que estamos trabajando”, dice el seremi de Vivienda, Carlos Estévez.
Santiago tiene hoy 2.833 hectáreas de áreas verdes, y con el PRMS se espera pasar de aquí a 2020 a un total de 6.796,5 hectáreas. Ellas se harían a través de la inversión privada, ya que las inmobiliarias, para poder edificar en las zonas que se transformarán en suelo urbano deberán realizar mitigaciones tales como la construcción de parques y plazas.
Esa intervención se suma a los seis parques urbanos que se ejecutan con recursos públicos – algunos desde hace varios años – como el cerro Chena en San Bernardo y La Cañamera en Puente Alto, que agregan 282 hectáreas más de forestación.
Para el urbanista y director del Observatorio de Ciudades de la U. Católica, Pablo Allard, es necesario definir en detalle “de qué se tratan esas cuñas (de áreas verdes). Si entramos en la escala de detalles finos significan unos megaparques que serán muy difíciles de manejar, muy difíciles de administrar, que incluso, en términos de seguridad, será complicado”, y agrega que por la dimensión del proyecto, “el Estado tendrá que financiar la construcción y mantención de parte de esas áreas verdes”.