Crisis en liceos emblemáticos: algo más que infraestructura
En medio de la discusión de la LGE y del proyecto para la educación pública, la crisis en el IN y el derrumbe en el Liceo de Aplicación -que dejó 23 heridos- da cuenta del estado de la educación municipal en Chile. Un tema que no pasa sólo por la infraestructura, sino por la igualdad, dicen los expertos. Por Soraya Rodríguez
Instituto Nacional: “Autoridades no sacaron lecciones”
“Más que un problema de gestión en particular, lo que vemos en esta desgracia es la insatisfacción de los muchachos frente al sistema escolar. No sólo con el presente, sino en la proyección. En vez de lo que fue en el pasado la educación -un mecanismo de movilidad social- hoy es un mecanismo de segmentación y eso crea angustia en los muchachos y llama a una mayor acción de todos nosotros”, dijo el decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, Jorge Hidalgo ante el accidente registrado en el Liceo de Aplicación.
La emergencia que dejó heridos a 23 alumnos de este establecimiento, luego que se derrumbara la losa de un pasillo sobre el histórico túnel del liceo (que desde el miércoles es centro de reclamos de los estudiantes y apoderados por la precariedad de su enseñanza e infraestructura) se produjo justo en el día de cierre del Congreso por el Fortalecimiento de la Educación Pública, organizado por decanos de las universidades del Consejo de Rectores, el Colegio de Profesores y el Foro de la Educación de Calidad para Todos y en el participó Hidalgo.
Durante ese encuentro, lo sucedido en el Liceo de Aplicación como en el también “emblemático” Instituto Nacional (donde producto de la presión y protesta estudiantil fue cambiado su rector) fue citado en varias ocasiones como ejemplo de los desafíos de la educación pública. “El Instituto Nacional es una institución emblemática de la educación en Chile y producto de las reglas creadas, hoy ve amenazada su existencia. Es ahora un ejemplo, un mal ejemplo, de lo que debe hacer la educación pública”, dijo, por ejemplo el ex rector de la U, Luis Riveros.
En la misma línea, Hidalgo, anfitrión del congreso, sentenció que en ambos casos y en el país, “el problema de fondo es cómo asegurar una educación pública de calidad que regule el conjunto de la educación chilena. Debemos elevar el nivel. Eso requiere una voluntad de Estado, no sólo del Gobierno. Hay un proceso que se ha ido desdibujando que requiere decisiones y esfuerzos conjuntos”, sostuvo y agregó que para ello es fundamental la participación y el diálogo, para “anticiparse a que este tipo de acontecimientos no sucedan en la comunidad escolar”.
¿Quién es el responsable?
Mientras los decanos, profesores y estudiantes de pedagogía buscaban propuestas para fortalecer la educación pública y diagnosticaban al “enfermo”, las autoridades del sector y el sostenedor del Liceo de Aplicación, el alcalde de Santiago Raúl Alcaíno, se recriminaban mutuamente.
El subsecretario de Educación, Cristián Martínez, informó que se tomó “la decisión de suspender las clases hasta el 8 de septiembre” para “desarrollar un estudio con expertos de prevención de riesgos y de ingenieros, para ver la resistencia estructural de estos edificios”.
Mientras, el seremi, Víctor Schuffeneger, dijo que “el sostenedor del colegio, que es el municipio de Santiago, tiene que presentar proyectos para resolver los problemas de sus establecimientos educacionales. En ese marco, es el municipio el que tiene que accionar”, reconociendo que en las actuales reglas, el Mineduc sólo lo puede apoyar, pero no intervenir.
Al alcalde Raúl Alcaíno no le cayeron nada bien las declaraciones del seremi y dijo que “esta pasarela tiene 100 años y nunca había pasado nada”, acotó que esta es la “realidad de la educación”, rechazó las críticas contra el rector del establecimiento, Eusebio Milla, pues en su opinión se formularon en el marco de movilizaciones contra la LGE, por lo que tales cuestionamientos “son al voleo y no dan ni para sumario”. El rector, en tanto, sostuvo que “el Estado es el que debe asegurar la educación”.
El accidente se produjo cerca de las 9.30 horas, justo en el pasillo que lleva hasta la oficina del rector del Liceo de Aplicación. Los alumnos comenzaron a saltar sobre la estructura (en protesta contra la LGE y problemas en el liceo), cuando de manera repentina la losa cedió y cerca de 50 estudiantes cayeron a un piso inferior, donde hay un túnel que une de manera subterránea dos edificios del mismo liceo.