Presión de vecinos en Providencia logra evitar edificios en su barrio
Habitantes del sector Dalmacia se organizaron y, en poco más de dos meses, lograron que fuera declarada Zona Típica por parte del Consejo de Monumentos Nacionales. Por Gracia M. Rodrigo
Estas son calles donde no hay plátanos orientales. Hay ciruelos. Estas son calles donde no hay edificios, sino casas con firma de sus arquitectos, varias de dos pisos, con antejardín, living y comedor separados, chimenea y pisos de madera, y donde prima el silencio, a pesar de estar a pocos metros de calles transitadas como Santa Isabel y Manuel Montt.
En el sector de calle Dalmacia, que parece una muestra de lo que eran los barrios en Providencia, y que seguirá siendo así, porque sus habitantes despertaron un día con una casa menos y otras con promesa de compraventa para levantar edificios de siete pisos, y se negaron a ese destino. Ni las protestas ni el lobby antes concejales les sirvió para evitar una torre en 2004, así que esta vez postularon como Zona Típica al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) y resultó.
Esto significa, dice el arquitecto del CMN, Mauricio Sánchez, que el barrio mantendrá su estética, y que cualquier cambio visible tendrá que pasar por el consejo. Y como los edificios no siguen la línea del lugar, éstos no serán bienvenidos.
Tras ver más de 100 casas, el gobernador de Cautín, Andrés Jouanet, llegó hace un año al lugar y desde entonces recibe “papelitos de corredoras que quieren comprarla, porque después venden el terreno a edificios”. Cuenta que un día un vecino los invitó a una reunión de una corredora. Allí todos decidieron no ceder, pero en la semana se enteró de que ese vecino ya había negociado.
Fue un golpe bajo que los motivó a organizarse y ganar tiempo antes de que las constructoras presentaran sus anteproyectos. Junto a Christian González y la presidenta de la Junta de Vecinos de Santa Isabel, María Angélica Urbina, recopilaron las firmas de las casi 144 casas que hay en las seis hectáreas protegidas, contrataron a un estudiante de arquitectura que dibujó más de 50 metros de planimetría de cada fachada y a un licenciado en historia que reconstruyó las raíces del lugar, una zona de chacras, viñas, quintas de recreo y de acogida para extranjeros. Ahora viven allí artistas como Néstor Cantillana, María Jimena Pereira, la presidenta de la Sociedad de Escultores, Cristina Ramírez, y Luis Weinstein. Jouannet, González y Urbina salieron por más de dos meses a hacer puerta a puerta después del trabajo para llenar fichas técnicas. Rompieron la desconfianza y los vecinos se conocieron aún más. En breve lo tenían todo. Eso asombró al secretario ejecutivo del CMN, Oscar Acuña, quien dice que es poco común la unión del 85% de los propietarios y la eficacia que lograron.
Se aprobó la Zona Típica, cuenta, porque es un lugar de casas heterogéneas que van contando la historia de la arquitectura y del lugar “formando un conjunto armonioso”. Conviven tanto casas estilo “barco”, como otras neoclásicas. Será cosa de criterios, pues para el asesor urbanístico de la municipalidad, Jaime Márquez, esa era la principal debilidad del sector.
Ahora las casas podrían subir de precio. Francisco Ginesta lo resume así: “Es como en el extranjero. Las casas de zonas patrimoniales son más caras que las del downtown”.