Oficina María Elena revive tras terremoto
Recién a 11 meses del sismo de 7,7 grados Richter, sus ocho mil habitantes tienen la seguridad de que evitarán un éxodo masivo del campamento. Por Mario Rojas M.
Para Luis Bonilla fueron 40 segundos eternos. Los remezones, los gritos, la polvareda y el ruido de objetos que caían al suelo y los muros que se desplomaban lo llevaron a pensar “hasta aquí no más llegamos”. Luego, “un silencio tenso y lamentos”, comenta.
Así recuerda este elenino el mediodía del 14 de noviembre de 2007, cuando un terremoto de 7,7 grados Richter devastó a la comuna de María Elena, II Región, y a su querido hospital, que lo vio llegar el 20 de abril de 1956 a pedir su primer empleo como auxiliar y luego administrativo.
El recinto asistencial y más de mil viviendas y casi todo el barrio cívico declarado Monumento Histórico en 1999 -iglesia San Rafael Arcángel, Teatro Metro, ex Escuela Consolidada, pulpería, mercado, entre otros- quedaron a un paso de la demolición. Con ello, nuevamente resurgió el temor entre los ocho mil habitantes sobre el cierre de la última oficina salitrera del mundo aún habitada.
Sin embargo, tres verdaderos salvavidas descartarían esa opción. Uno de ellos es un plan de inversión del Gobierno y Soquimich (SQM) por casi $8.500 millones, que considera la construcción y restauración de viviendas, plazas públicas y monumentos históricos patrimoniales, además de la pavimentación de rutas de acceso y avenidas, recuperación del estadio y la piscina, y el diseño del nuevo edificio consistorial.
Los dos restantes, concretados en octubre de este año, corresponden a la puesta en marcha de una nueva planta de producción de fertilizantes, en el vecino complejo productivo Coya Sur, por parte de SQM -empresa que representa en María Elena lo que Codelco en Chuquicamata-, y la reinauguración del hospital.
La primera obra significó una inversión de US$ 69 millones, con 350 mil toneladas al año de nitrato de sodio y nitrato de potasio. Su producción -más de 200 tipos de fertilizantes, cuya diferenciación y demanda está determinada por tipos de tierra, cultivos y calidad de agua, entre otros- es exportada a más de 120 países por el vecino puerto de Tocopilla, ubicado 70 kilómetros al oeste de María Elena.
El gerente general de la compañía, Patricio Contesse, explicó que las instalaciones forman parte del plan 2008-2010 por US$ 1.000 millones. “Pese a la crisis internacional, no hemos tenido problemas con la demanda por nuestros productos. El hombre dejará de comprar autos, pero no de comer”.
El hospital Cruz del Norte, en tanto, fue reinaugurado después de casi once meses del terremoto. En la localidad funcionó durante ese período un consultorio, mientras que los casos más complejos eran derivados al hospital de Antofagasta, a 220 kilómetros al suroeste.
Las obras demandaron una inversión que bordeó los $340 millones. El seremi de Salud, Enrique Castro, explicó que el nuevo recinto asistencial cuenta con 38 funcionarios, que incluyen tres médicos, cuatro enfermeras, dos matronas, un kinesiólogo, un tecnólogo médico, auxiliares de enfermería y paramédicos, además de 12 camas y tres ambulancias.
Las instalaciones también cuentan con servicio de urgencia y sala de procedimiento, sala de atención de partos, vacunatorio, laboratorio clínico, servicio de radiología, entre otros.
Millones más, millones menos, la presencia de Luis Bonilla (68 años) en la reinauguración del hospital no pasó desapercibida. Recibió un galvano y el afecto de sus compañeros de trabajo luego de acogerse a retiro después de 52 años de servicio. “Me voy ahora que está nuevecito”, bromeó.
Reconstrucción
El gobernador de Tocopilla, Evans Pool, opinó que con el hospital y el resto de las obras se está marcando un hito, “que nos permite superar los temores después del terremoto sobre un posible cierre de esta oficina. Eso queda descartado y nos da más fuerza para completar la reconstrucción”.
Contesse confirmó que SQM mantendrá su base de operaciones en la zona, y añadió que “en la reconstrucción de María Elena, la empresa ha invertido alrededor de US$ 30 millones” -sólo considerando las obras del radio urbano-, una de las más grandes sumas desde la construcción de la salitrera, en 1926.
Foto de: Glenn Arcos