Editorial – Licitaciones portuarias
(El Mercurio, 05/11/2008)
El Gobierno ha decidido reactivar la licitación de las concesiones portuarias de los espigones de Valparaíso y San Antonio. Tras varios meses de conflicto entre las empresas portuarias estatales sobre si las licitaciones serían simultáneas -posición de San Antonio- o primero la de Valparaíso, el Sistema de Empresas Públicas le dio la razón a San Antonio.
Cada puerto posee un frente de atraque que ha sido concesionado a un monooperador, esto es, una empresa que maneja sus operaciones en forma autónoma. En el frente no concesionado -el espigón- operan múltiples empresas navieras. Estos espigones serán ahora licitados, para que operen también con un esquema monooperador, que ha sido exitoso al aumentar la capacidad portuaria mediante inversiones en equipos, infraestructura y operaciones más eficientes.
El concesionario de Valparaíso ha llegado al límite de su capacidad debido a problemas de espacio para sus operaciones y a limitaciones en el largo del frente de atraque: sus rendimientos por metro de sitio de atraque, o por grúa gantry, superan a los de los puertos del sudeste asiático. De seguir creciendo la carga, ella sólo tiene como destino el concesionario del puerto de San Antonio, que no enfrentará competidores relevantes. Así, el crecimiento de la carga se concentrará en un solo frente de atraque, que llegará al límite de su capacidad en pocos años.
Dado el plazo que requiere la construcción de nuevos frentes de atraque sobre los actuales espigones, se deben concesionar éstos para expandir la capacidad portuaria en la V Región. La crisis financiera y sus efectos sobre el transporte marítimo podrían reducir algo la urgencia de esta expansión, pero un retraso podría tener consecuencias nocivas para el comercio marítimo chileno, dados los horizontes de tiempo requeridos por tales inversiones.
Los espigones requerirán grandes inversiones en infraestructura básica, sin considerar equipamiento, para poder competir con los operadores actuales.
La licitación simultánea significa casi doblar la capacidad portuaria de la V Región, lo que preocupa a los actuales concesionarios, que deberán enfrentar la nueva competencia. En declaraciones a los medios, han señalado que desearían poder participar en las nuevas licitaciones. Si se les permitiera hacerlo, es probable que hubiera menos interesados en participar, pues su situación como concesionarios ya activos les daría ventaja sobre los demás participantes. El resultado podría ser una limitación de la competencia portuaria en el futuro, ya que no hay posibilidad de entrada de nuevos puertos de carga de contenedores en la V Región.