Ruta costera abre nuevos destinos turísticos
Con una inversión total estimada de $276 mil millones, estará terminada hacia 2020. Mientras avanza, abre acceso a playas y caletas hasta ahora desconocidas. Por J. Molina, I. Fredes y M. Rojas
La anhelada ruta costera ya se consolida como una opción a la Ruta 5 para cruzar Chile de norte a sur entre bellos paisajes. Iniciada a mediados de los 90 y con una inversión total estimada de $276 mil millones, su objetivo al 2020 es unir 3.346 kilómetros de Arica hasta Los Lagos y desarrollar nuevas áreas intocadas de gran atractivo turístico.
Ya tiene 2.948 km habilitados -2.445 de ellos con pavimento-, y actualmente el MOP ejecuta otros 150 kilómetros en nueve tramos, principalmente mejoramientos de caminos, incluido el sector entre San Sebastián y Algarrobo, en la V Región.
Mientras, el Cuerpo Militar del Trabajo concentra su trabajo en 16 km de ruta en Pucatrihue, para dar conectividad a comunidades huilliches aisladas en la costa de la Región de Los Lagos, 64 km al este de Osorno.
En el norte, el tramo más importante en ejecución conectará Antofagasta con Taltal. Son 210 kilómetros, con una inversión de $30 mil millones, que serán entregados a fines de 2009. Permitirá ahorrar 90 km en relación con la Ruta 5, que a esta altura corre por pleno desierto de Atacama con temperaturas que bordean los 30º C.
Irresistibles atractivos
La apertura de la ruta ha dado acceso a atractivos naturales poco conocidos, como Cifuncho, una playa de tres kilómetros con cero oleaje ubicada media hora al sur de Taltal, que ya tiene hasta un seccional para instalar proyectos turísticos.
También a zonas cercanas a Paposo, al norte de Taltal, un sector de quebradas con alta camanchaca y playas apartadas de circuitos tradicionales, como Bandurrias y Blanco Encalada.
En Cabo Jara, 30 km al sur de Antofagasta, las autoridades regionales pretenden desarrollar un complejo turístico aprovechando las nuevas playas y un sector de loberas. En el sector de Quebrada El Médano se suman sitios de interés arqueológico, con pinturas rupestres en rocas realizadas por los changos.
En Atacama, los 180 kilómetros de ripio de la ruta costera que une Huasco y Bahía Inglesa permiten acceder a decenas de hermosas y poco conocidas playas de arenas blancas, como La Virgen, Bahía Salada, Barranquilla o Bahía Cisne.
En O’Higgins se ejecutan 26 km entre Pichilemu, Cáhuil y el límite con la VII Región para potenciar el turismo de lugares como la playa de Bucalemu, pueblo pesquero de mil habitantes, y la zona típica de Paredones. Además, será una alternativa de acceso al Lago Vichuquén.
La zona norte de la Octava Región también potenciará su borde costero, con la pavimentación de 20 kilómetros de la ruta Cobquecura-Trehualemu. Centro de interés es la playa de Buchupureo, uno de los nuevos paraísos para el surf en el sur del país.
Trabas al camino
Aunque la idea es que la ruta sea costera, no siempre se puede. Entre Arica e Iquique los acantilados de casi 800 metros de altura que caen al mar impidieron la construcción de una carretera junto al litoral por su alto costo.
Y en el sur, el tramo Chaihuín-Hueicolla, al sur de Corral, está paralizado desde marzo de 2005 por conflictos con grupos ambientalistas que protegen los bosques nativos de la zona.