Rapel en alerta: Bajan los precios de las casas y empleos locales caen
A los veraneantes, la plusvalía de sus casas les ha caído a más de la mitad. Mientras los pobladores ven cómo se destruye su principal fuente de ingresos y temen por su salud. Por Francisca Vega
Un día de furia. Eso es lo que vivió César Mora cuando visitó su casa en el lago Rapel hace tres semanas. La contaminación de las aguas, la suciedad y los malos olores de la ribera del lago lo llevó a crear en Facebook el grupo “Salvemos el lago Rapel”, que ya suma 2.500 inscritos. “El olor a excremento me dio rabia”, dice Mora, y afirma que “se debe dar con los verdaderos responsables”.
Razones para estar enfurecido le sobran. Durante más de 10 años, su familia veranea en la zona de la VI Región. Donde antes practicaban deportes náuticos, hoy hay una nata gruesa, espumosa y pestilente que hace imposible acercarse al agua y su casa está inhabitable.
En terreno, el daño en el lago es evidente, y las moscas, sus protagonistas. Una extraña espuma se concentra en las aguas formando costras azulosas de diez centímetros de profundidad. Además de peces muertos, todo huele a feca.
Casi como si se tratara de una ironía, la casa de Mora está en el condominio Vista Hermosa, localidad de El Manzano, comuna de Las Cabras, el área más afectada. Ahí también pasa sus días de descanso el doctor Fernando Ferreiro, quien tiene dos casas y va desde hace 20 años. “Lo mismo sucedió el verano pasado en otra zona”, afirma.
Tanto Mora como Ferreiro ya tienen casi descartado ir este verano, pese a que la autoridad ha dicho que el lago será limpiado. Pero tampoco piensan en vender sus casas, porque el precio ha caído a pique.
Efectivamente, el daño ha golpeado por donde más duele a los dueños de casas de grandes condominios, al sector inmobiliario y a los pobladores que viven del turismo.
Para tener un parámetro, arrendar una casa grande en épocas pasadas costaba en promedio $1,5 millón en febrero. Hoy bordean los $800 mil, según avisos de la zona.
“Mi vecino vendía su casa en 5 mil UF, pero apenas le sacó 2 mil UF”, dice un propietario de Costa del Sol, otro loteo donde la pestilencia también es más que evidente.
Pese a las quejas de los vecinos, algunos cuentan -con grabadora apagada- que “los propietarios y la población siempre supieron que a Rapel llegaban aguas servidas vertidas en los ríos Cachapoal y Tinguiririca desde hace muchos años”, cosa que los consultados niegan.
Como sea, “en Bahía Chila -un loteo de 50 casas- 42 tienen el letrero de ‘vendo o arriendo'”, dice Félix Alarcón, quien veranea ahí. Sus precios parten de los $120 millones. “Pensar en vender sería una brutalidad”.
El sector turismo de la zona da casi por perdido este verano. “No queremos exponer a los niños a enfermedades”, dice uno de los propietarios de las viviendas en la zona.
Arrendar una casa el año pasado costaba $1,5 millón en febrero. Hoy bordean los $800 mil, según avisos de la zona.
Foto de: Patricio Ulloa