La Serena pretende incentivar la construcción en su casco histórico
Hoy, sólo 1,9% de la población vive en el barrio patrimonial de la ciudad. Por Yanko Muñoz
LA SERENA.- Las Casas Piñera (1845) y Chadwick (1868) o iglesias como Santa Inés (1614), todos monumentos nacionales, son ejemplo de la riqueza arquitectónica que ha hecho a La Serena conocida por sus rasgos coloniales. Ellos se expresan en su trama urbana, patios interiores de las casas, pilares y portales de piedra, y otras construcciones neocoloniales -con el sello del Plan La Serena 1952- que mezclan con ornamentos neoclásicos en un estilo surgido tras la llegada de inmigrantes norteamericanos a mediados del siglo XIX.
Ese valor histórico se plasma en una amplia Zona Típica, única en Chile, de 170 hectáreas. Son unas 100 manzanas donde hoy rígidas normas regulan la intervención de edificios y la construcción.
El municipio intentó reducir estas restricciones a 60 hectáreas, pero no logró la aprobación del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Optó entonces por elaborar un plan conjunto que no inhiba las inversiones y defina qué tipo de arquitectura debe primar en las nuevas obras. “Queremos conservar un conjunto armónico desde el punto de vista urbano y la valía estética, la tradición y el sentido histórico patrimonial de la Zona Típica, pero compatibilizado con una renovación e innovación. Se trata de construir con la lógica de hoy en un estilo que no genere disonancias”, dice el alcalde Raúl Saldívar.
De los casi 200 mil habitantes de La Serena, apenas el 1,9% vive en el centro, una situación que impide dinamizar ese sector, según señala el edil, aunque por ahora no entrega las metas para densificar la zona.
A juicio del arquitecto serenense Rolando Muñoz, “las inversiones deben contar con el apoyo para ingresar y potenciar esa área, pero con una responsabilidad constructiva que sea amable y respetuosa de las líneas que se protegen y que le dan el carácter al casco histórico”.
En la conservación, el municipio pretende hacer su aporte a través de la adquisición de viviendas tradicionales, como la Casa Giliberto (1895).
Óscar Acuña, secretario ejecutivo del CMN, dice que al elaborar las nuevas normas se va a considerar la opinión de la comunidad serenense. Y aboga por un cambio legal que cree consejos de monumentos regionales descentralizados. “En ese sentido, el instructivo de La Serena será un importante puente normativo que permitirá traducir un criterio objetivo sobre las áreas donde se puede intervenir. Eso implica la posibilidad tanto de derribar inmuebles como también edificar nuevos que se hagan de acuerdo a la tipología del barrio, respetando ciertas normas de su entorno”, dice. No se trata de poner un edificio de veinte pisos al lado de casas unifamiliares, lo que está normado por el plano regulador comunal.
Destaca que las zonas típicas generan plusvalía, porque dan garantías de vivir en un barrio que conservará elementos tradicionales, sin que haya una torre ni una gasolinera al lado.
Foto de: Wladimir Bigorra