Estudio revela urgencia por restaurar ascensores de Valparaíso
Infected aka Dark Island film Los funiculares son las vedettes del Puerto y atracción para las últimas horas de 2008. “Pero si funcionaran al ritmo de hoy por un mes, seguro tendríamos una catástrofe”, advierten en la Universidad Santamaría. Por Marcos Moraga
Son las estrellas de la postal, y también un medio de transporte clave en Valparaíso. Entre 500 mil y 800 mil visitantes se pronosticaban en el Puerto para esta noche, y para cuando los fuegos artificiales revienten sobre la bahía, muchos de ellos se encaramarán a los funiculares para sortear las quebradas y subidas. La voz de alarma surge desde la Universidad Técnica Federico Santamaría (USM), donde acaban de terminar un estudio que puso la lupa sobre los sube y baja de los cerros.
“Si estuvieran todo un mes con el ritmo de trabajo que se genera en esta fecha, estaría en condiciones de decirte que ocurriría una catástrofe”, asegura el profesor Pedro Sariego del Departamento de Mecánico de la USM. El organismo académico organizó el seminario “Patrimonio Industrial: Recuperación de los Ascensores de Valparaíso”, junto a la Comisión Bicentenario de Gobierno Regional de Valparaíso, la municipalidad de esa ciudad y el Instituto Goethe.
Pero no es el caso: los ascensores del Puerto funcionan, “y a pesar de todo, siguen siendo seguros y funcionarán bien siempre y cuando se respete el número máximo de capacidad”, explica el profesor Sariego. “Pero son máquinas antiguas y están fuera de toda norma de desempeño original. Al principio tienen 20 años de vida útil, pero los ingenieros de la época los adaptaron para 40, así que claramente ya pasaron su período”.
El llamado de atención es hacia un modelo de restauración “vivo”, que conserve el atractivo internacional y la funcionalidad local. “El de Valparaíso debe ser un caso único en el mundo. Cuando en otros países reparan el patrimonio industrial, lo dejan operativo, pero en calidad de museo. Acá están vivos y así deberían seguir. Estamos claros que son un ícono de la ciudad”, cuenta el académico.
“Los ascensores van a funcionar por harto tiempo, pero las máquinas van a pasar la cuenta también”, advierte el investigador, “hoy día, así se puede entender el funcionamiento de ellos: es como tener a una persona corriendo todo el día”.
Bajo los rieles
En Valparaíso existen 14 ascensores en funcionamiento, cinco de ellos propiedad de la Municipalidad. Varios de ellos suman más de 100 años de subir y bajar: de hecho, el ascensor del Cerro Concepción -uno de los lugares más visitados durante estas fiestas- fue inaugurado en diciembre de 1883. El historial de accidentes es mínimo. ¿Cuántos han perdido la vida en un funicular? Dos personas. El último que se despachó en un ascensor lo hizo hace 50 años, y según Sariego: “Si piensas que murieron dos personas, en momentos que los ascensores eran tan importantes como las micros o colectivos, son muy, muy seguros”.
Los resultados del estudio serán presentados a las autoridades y organismos responsables en los próximos días. “Se trata de proponer un nuevo escenario”, adelanta Sariego, “porque el modelo actual es inviable del punto de vista de la gestión”.