La importancia de lo sostenible: Vivienda Social con Energía Solar en Concepción
Que un proyecto sea “sustentable” resulta, hoy por hoy, casi un deber en casi cualquier iniciativa; sobre todo si entendemos un concepto amplio de sustentabilidad incorporando que sea sostenible social, económica y ambientalmente. Cada vez más, de distintas maneras, a veces bordeando lo burdo, distintas iniciativas incorporan elementos verdes o sostenibles en sus procesos o resultados para asegurar así una mejor inserción en los procesos de desarrollos propios de la sociedad en que se insertan. Es el caso de un proyecto en Concepción que, a pesar de tener una pequeña escala, pretende precisamente hacer sostenible, o perdurable, el desarrollo de un puñado de familias y su entorno.
Se trata de 360 viviendas sociales que, bajo una iniciativa impulsada por el MINVU y la Municipalidad de Concepción, contarán con paneles solares para proveer de agua caliente a las familias. Si bien la instalación de éstos encarece las viviendas en 50 UF, se prevé que el ahorro mensual será de $40.000; el sistema es que cada vivienda cuenta con un termo-estanque enlosado de 120 litros, que a su vez poseen un sistema eléctrico para sustituir el sistema en caso de muy baja energía solar, en especial durante el invierno.
Las 360 viviendas se encuentran en dos sectores de la capital penquista; 260 en el sector de Vicuña Mackenna y 100 en Pedro de Valdivia Bajo. Las obras de construcción se iniciarán en febrero, y se espera que en 15 meses se entreguen los departamentos de 850 UF, que serán entregados sin deuda.
Jaime Arévalo, director del Serviu, declaró en El Mercurio hace unos días que “Estamos empeñados en generar una serie de alternativas de ahorro de energía. Con ello se busca que las familias tengan más recursos para mantener las viviendas y poder asumir los gastos comunes”, destacando que además, por ejemplo, se han mejorado las condiciones de aislación acústica entre un departamento y otro.
El problema de las “con techo” es sin duda uno de los desafíos de las nuevas políticas habitacionales, entendiendo que la posibilidad de generar ahorro no sólo en la adquisición de vivienda, sino en el mantenimiento de esta, puede ser clave en el éxito o fracaso de éstas. Si además puede ser un aporte para no sólo los problemas individuales sino el desafío colectivo que tenemos como país ante la crisis energética mundial, bienvenido sea. 360 familias parece un número pequeño ante un desafío mayor como este, pero lo importante en este caso parece ser comenzar.