Retraso de emblemática obra en La Serena revela falla recurrente del MOP en procesos de licitación
La firma española OHL presentó un reclamo ante la Contraloría acusando al Ministerio de cambiar los planos de la obra tras haber firmado el contrato. El MOP dice que el diseño del proyecto final corresponde a la constructora. Dos ex ministros de Obras Públicas confirman que esto es producto de ineficiencias que se repiten en varios casos. Por Marcela Vélez A.
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Ubicado en la ribera del río Elqui, el nuevo edificio institucional del Ministerio de Obras Públicas (MOP) debería ser el puntapié para revivir un sector de La Serena poco explotado.
A seis meses de su entrega, las obras han avanzado poco más del 20%. Mientras las grúas permanecen paralizadas, el MOP y la constructora española Obrascon-Huarte-Lain (OHL) permanecen enfrascadas en un conflicto que, a decir de dos ex ministros de Obras Públicas, es generado por la continua inneficiencia del Ministerio en los procesos de licitación (ver recuadro).
OHL ganó en diciembre de 2007 la licitación para construir la nueva sede del MOP en La Serena, por US$ 10 millones aproximadamente. A poco andar, comenzaron los problemas. Cambios en los planos y requerimientos de construcción podrían elevar el costo de la obra por encima de los US$ 12 millones.
En agosto del año pasado, la constructora introdujo un reclamo ante la Contraloría. En los documentos que se tramitan en la División de Vivienda y Obras Públicas, la firma cuestiona los aparentes cambios respecto a los planos licitados por el MOP.
El caso no es extraño para los asesores legales de las constructoras y empresas concesionarias. “Lo que usualmente dicen los funcionarios del ministerio es: ‘sigue nomás y luego demandas y con eso compensas’ (el aumento de costos)”, relatan, en referencia a lo que consideran una práctica habitual para esconder errores en la elaboración de los proyectos a licitar.
El Ministerio se defiende y reconoce que pueden haber diferencias entre lo contratado y las obras necesarias, pero asegura que es responsabilidad de la constructora elaborar la versión final de los proyectos.
“Nosotros entregamos a las empresas lo que llamamos proyectos informativos, a pesar de ser proyectos completos, de manera que se fijen en terreno todos los antecedentes necesarios… Y ellos piensan que eso no debe ser así”, explica Alejandra Vío, directora regional de Arquitectura del MOP.
En su reclamo, OHL alega que en el reglamento de Obras Públicas no existe la figura de “proyecto informativo” y plantea que las licitaciones que se contratan a un precio y plazo fijo, como en este caso, deberían contar con los planos definitivos del proyecto.
Un ex ministro de Obras Públicas, consultado por “El Mercurio”, se alinea con esta idea y explica que lo ideal sería que en este tipo de licitaciones los planos entregados por el MOP incluyan la mayor cantidad de detalles posibles.
En una de sus tres presentanciones a la Contraloría, OHL adjuntó los planos finales que el MOP habría elaborado después de la licitación, pero que no habría entregado oficialmente, y en el que se verían las diferencias respecto al proyecto originalmente licitado.
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Vío niega que existan otros planos, pero reconoce que se pudieron cometer errores: “Al inicio del contrato se entregaron el legajo de planos que iban a utilizarse, ahora que esos tengan algunas diferencias con los planos que se vendieron en el primer CD, efectivamente hay algunas diferencias y vamos a tener que asumirlas porque probablemente nos llegue también una sanción”.
Otro ex jefe de la cartera de Obras Públicas consultado por “El Mercurio” destaca que en el Ministerio hay fallas por simple ineficiencia. “No hay capacidad para hacer las cosas bien a la primera, ni de manejar las negociaciones”, dice.
Ministerio ya pagó US$ 480 millones por casos similares
Entre las empresas constructoras el caso presentado ante Contraloría no es novedad. “Es una pelea que lleva más de 50 años”, asegura un abogado del sector.
Y aunque también hay problemas en concesiones, el área considerada más problemática es la contratación a “suma alzada”, cuando el MOP licita un proyecto a un valor fijo. “Muchas veces los proyectos que se licitan tienen errores o están incompletos. Finalmente es un engaño al contratista”, insiste el abogado.
Ha habido casos emblemáticos. Vinci Construcciones ganó al Estado una demanda por US$ 34,4 millones por las obras adicionales exigidas a la concesión inicial de cárceles. El mismo motivo que llevó a Besalco a demandar al MOP, que finalmente tuvo que pagar US$ 112 millones.
Según un estudio de los economistas Ronald Fischer, Alex Galetovic y Eduardo Engel, el Estado ha tenido que pagar al menos US$ 480 millones como resultado de los procesos de arbitraje y demandas por los errores y modificaciones a los proyectos concesionados entre 1993 y 2008.
En el caso de la contratación de obras públicas, ya sea por presiones políticas o por ineficiencia a la hora de elaborar los proyectos, la entrega de planos con información incompleta es habitual, reconocen dos ex ministros de la Cartera.
Uno de ellos admite que durante años la mayoría de las licitaciones de obras públicas vía el modelo de “suma alzada” han tenido como base proyectos “con información de ingeniería conceptual”. “El diagnóstico fue que se licitaba con planos muy preliminares, lo que no es proclive a la transparencia”, dice.
Lo que viene después es un arduo proceso de negociación que, en algunos casos, incluye demandas en contra del Ministerio.
Pero no es tan fácil. Según la ley, explica el abogado del área, las empresas saben que mientras tengan disputas jurídicas con el MOP quedan suspendidas del Registro Nacional de Contratistas. “Por eso prefieren negociar. Muchas empresas han quebrado por cosas como ésta”, sentencia.