Cómo enfrentar la crisis económica desde la innovación urbana.

Interesante noticia la que salió publicada en la Tercera sobre el congelamiento del proyecto de Costanera Center dado el complejo escenario financiero actual. Después de que muchos países se han declarado abiertamente en recesión cabe preguntarse cuales son las alternativas y oportunidades para recuperarse y salir del hoyo. Este artículo hace una breve revisión, primero del proyecto previamente citado y las maniobras del sector inmobiliario chileno para mantenerse a flote, y luego trae a colación una visión crítica de Alejandro Gutiérrez para ejemplificar cómo desde una perspectiva de diseño de ciudad e innovación energética es posible transformar necesidades en oportunidades. Algo que puede sonar alentador para cambiar la forma de pensar y enfrentar los tiempos que vienen.

(( Fuente imagen. Proyecto Zeekracht, desarrollado por OMA para abastecer de energía eólica al norte de Europa. En plenos tiempos de crisis económica, el Zeekracht es un proyecto de ‘agenda verde’ política y financieramente apoyado por 7 potencias mundiales ))

El Costanera Center se va a quedar a medias? Al parecer la crisis económica se viene dura, pero muchos ya la habian anticipado dadas las fluctuaciones del mercado y el posible retroceso de proyectos inmobiliarios debido a la crisis subprime y el impacto en los créditos bancarios.  Resulta importante destacar que el sistema económico que hemos venido cimentando se encuentra en un punto de difícil retorno, ya que los supuestos que sustentan el mercado se han basado en códigos de consumo y distribución de ingreso críticos. Así el panorama económico se ve bastante incierto y complejo en los próximos años.

¿Cómo enfrentar los proyectos pensando en un futuro incierto? Con certezas. ¿Cuáles son las certezas?. Una de ellas sin duda es el problema energético, el cual no es caracterísitico de una región o territorio en particular, sino que es un tema transversal de alcance local y global. Ahí viene a colación la crítica de Gutiérrez al Costanera Center, argumentando que un edificio hay que pensarlo en los 100 años que vienen y no en los 100 años que pasaron. En relación al proyecto de Paulmann, Gutiérrez comenta:

‘Ahí las oportunidades perdidas son monumentales. Si hubieran tenido un concepto de administración, una estrategia del tráfico distinta, más vanguardista, más asociada con lo que son los centros financieros de hoy, en los que los estacionamientos privados casi no existen… Si en vez de eso hubieran tenido en los subterráneos producción de energía, con biomasa del mismo edificio, o turbinas de viento por la altura que alcanzan… O sea, un proyecto como el de Costanera Center tenía que haberse pensado para los 100 años que vienen, no en los 100 años de atrás. Es un diseño atractivo, pero irrelevante. No hubo una visión de futuro ni de resolver los problemas que le van a tocar a esa torre en el próximo medio siglo. ‘

(( Entrevista a Alejandro Gutierrez. El Arquitecto del futuro. El Sábado, 10 enero 2009 ))

En ese contexto, es posible asociar que la visión de futuro de la cual habla Gutiérrez, hoy está directamente relacionada a como adminstramos los recursos de una forma sustentable. De hecho, el concepto ‘sustentabilidad’ parece haber llegado para quedarse, transformando la agenda de Gobiernos y Políticas públicas. Si en los 70 los paradigmas urbanos estaban relacionados con comunidades y participación, en los 80 y 90 fue el libre mercado y la acumulación de capital. Desde el 2000, es posible apreciar que el nuevo posible paradigma que mueve el desarrollo es la sustentabilidad.

Esto no quiere decir que aquellos proyectos que se piensen sustablemente van a poder capear la crisis, pero probablemente son éstos los que despierten un mayor interes, posibles de captar actores claves dispuestos a internvenir y apoyar una ‘agenda verde’.

Llama la atención las estrategías que ha utilizado el mercado inmobilairio para capear los tiempos de crisis. Lejos del debate previamente expuesto, nuestros desarrolladores inventan alianzas comerciales como las 72 horas inmobiliarias, las cuales buscan poner paños fríos a un problema de sobre stock de vivienda en la capital. Sin duda parece que las ideas de ingeniosos del retail traspasan los malls y ahora llegan a la vivienda, pero es de esperar que la forma de enfretar la crisis económica de pie para innovaciones urbanas de fondo, con productos nuevos y competitivos en el mercado global incorporando la eficiencia de energía como un motor de desarrollo.