Tompkins rechaza Fandango y propone restaurar Chaitén
El ecologista reconoce que el volcán es un factor a considerar, pero dice que la gente convive con él. Por Verónica Moya y Luis Toledo
COIHAIQUE.- El ecologista norteamericano Douglas Tompkins decidió involucrarse en la discusión por el futuro emplazamiento de Chaitén, rechazando la idea de trasladarlo al sector de Fandango, propuesta por el alcalde de la comuna, Pedro Vásquez, y respaldada
-entre otras alternativas- por el Gobierno.
Propietario de 300 mil hectáreas del parque Pumalín, aledaño a Chaitén, Tompkins propone restaurar los sectores de la ciudad que no fueron tan dañados por las crecidas del río Blanco y, a partir de esa base, desarrollar la ciudad hacia el noroeste.
“No todos los chaiteninos regresarán a vivir acá, por diversas razones, y considerando que probablemente la ciudad tendrá muchos menos habitantes, creemos apropiado resucitar los dos tercios del pueblo ubicados al norte del nuevo cauce del río. Esta zona puede ser fácilmente restaurada. Fandango está demasiado lejos de la actual ciudad”, afirmó a “El Mercurio”.
Para ello, agrega, es urgente proteger el puente de Chaitén y reforzar las defensas fluviales del río Blanco. “Con ello se protege el norte de la ciudad, que tiene la mayoría de las casas e infraestructura intactas y pueden ser recuperadas”, asegura.
El ecologista señala que reconstruir en Fandango crearía “una estructura muy anómala” de la ciudad e implicaría una alta inversión en la construcción de nuevos servicios públicos. “Lo mejor es restaurar lo que está en Chaitén actualmente”, insiste.
Riesgo volcánico
Aunque Douglas Tompkins reconoce que el riesgo que implica la actividad del volcán es “un factor a considerar”, señala que no es distinta a la situación de cualquier volcán del país o del mundo. Por ello, considera que hay que evaluar el comportamiento del macizo por unos seis meses más y luego tomar decisiones.
“Hoy hay cerca de 300 personas circulando por Chaitén. Si es tan peligroso, ¿por qué el Gobierno no la ha declarado una zona de acceso prohibido, protegiendo a todos, incluyendo las personas que trabajan en los servicios públicos?”, señala.
El norteamericano agrega que, por ahora, la gente de la zona está conviviendo con el volcán. “Nosotros también hemos adoptado una forma de trabajo (en Pumalín) que toma en consideración el volcán, pero al mismo tiempo nos permite seguir avanzando con nuestras vidas y trabajo diario, con la restauración”, agrega.
Respecto de las críticas por la última compra de 300 hectáreas de tierra por parte de Tompkins en El Amarillo, el ecologista asegura que “no tenemos planes de comprar más predios, tenemos presupuestos muy restringidos dada la situación y la crisis económica mundial”.
Censo en el pueblo
Molestia causó ayer entre los chaiteninos que están en el pueblo la realización de un censo por parte de efectivos militares. “Les avisé a todos que no se dejen censar,(…) Estamos molestos. Parecemos delincuentes”, se quejó Rita Gutiérrez, una de las líderes de la comunidad. Sin embargo, el alcalde Pedro Vásquez señaló ayer que la idea surgió del comité de emergencia municipal, para preparar planes de evacuación.