"Chaitén, definitivamente, ha muerto"

611895171_zzzzz.jpg(El Mercurio, 21/02/2009)

Gobierno asegura que la localidad no es viable y ordenó la salida de todos los funcionarios públicos. Por Equipo de regiones

PUERTO MONTT.- El Gobierno dio por muerto ayer cualquier intento de reconstruir Chaitén en su actual emplazamiento, luego que el jueves colapsara parte del domo 2 del volcán, arrojando cerca de 30 millones de toneladas de roca y sedimentos a 300° C sobre el valle del río Chaitén, que llegaron a 5 kilómetros de la ciudad.

“Chaitén no tiene ninguna posibilidad de recuperación. Si esto antes estaba en discusión, hoy ya no lo está. Chaitén no tiene viabilidad ni económica ni de seguridad ni sanitaria ni de ningún tipo. Chaitén, definitivamente, ha muerto”, aseguró ayer el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, tras una reunión de emergencia en la Intendencia de Puerto Montt.

El ministro calificó la actual situación del volcán como “más peligrosa y más grave que al día siguiente de la explosión de mayo pasado”.

Los 30 millones de toneladas de material volcánico que se desplazaron hacia el valle estarían generando una serie de “pequeños diques” al taponar los distintos cauces de la zona, los que podrían romperse violentamente, poniendo en peligro la ciudad y toda la conectividad hacia la provincia de Palena.

Pese a este escenario, 29 personas se negaban ayer a abandonar el poblado, entre ellos tres menores. “Tan sólo muertos vamos a salir de Chaitén”, aseguraba ayer Rita Gutiérrez, una de las líderes de los rebeldes.

Aunque durante la mañana el vocero de La Moneda, Francisco Vidal, dijo que el Gobierno analizaría todos los recursos disponibles para su traslado a una zona segura para evitar “suicidios colectivos”, Pérez Yoma señaló en Puerto Montt que no se utilizarán mecanismos coercitivos.

“No podemos seguir con gente que por porfía o por ignorancia sigue desafiando un problema tan peligroso como el que enfrentamos (…). Les hemos pedido una y mil veces que se retiren de ahí. Si se quedan, lo hacen a su propio riesgo”, señaló.

Si en el lugar continúan permaneciendo menores, el Estado estaría obligado a evacuarlos por convenios con Unicef, lo que según Pérez Yoma se hará a través de los tribunales de familia.

El Gobierno determinó que todos los funcionarios públicos se retiren de la ciudad y sólo regresarán en forma transitoria, por el día. También se suspendió el tránsito de barcazas a la zona por 48 horas y su reapertura se irá analizando periódicamente.

El alcalde de Chaitén, Pedro Vásquez, decidió cerrar ayer las oficinas municipales y trasladarlas hasta El Amarillo, 20 kilómetros más al sur. “Está claro que Chaitén hoy es una zona insegura”, señaló.

Vásquez dijo que seguirá trabajando con el Gobierno en la reconstrucción de Chaitén “en un lugar más al norte”, y asegura que acordaron que la decisión del nuevo emplazamiento debiera estar tomada en 10 días.

El Gobierno redujo a dos las alternativas para la relocalización: Bahía Pumalín y Santa Bárbara, o “Fandango Norte”, ubicada a 10 kilómetros de Chaitén.

Esta última aparece como la más viable, por la cercanía con la propuesta de los “rebeldes” chaiteninos.

La idea es crear un barrio de servicios y un loteo inicial de 200 sitios de 300 metros cuadrados cada uno para viviendas. A ello se suma un tercer barrio con atractivos turísticos.

Vulcanólogo: “Erupción es caso único en el mundo”

La devastadora y prolongada erupción del volcán Chaitén es única en su tipo en el mundo por su magma con alta composición de sílice (75%), su duración y ausencia de víctimas. Características excepcionales que la han convertido en un caso de estudio por la comunidad científica internacional.

Así lo sostuvo el director regional del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), geólogo Jorge Muñoz, especialista en vulcanología, quien está a cargo del monitoreo del volcán Chaitén desde el inicio de su violenta erupción, en la madrugada del 2 de mayo de 2008.

El experto especificó que la situación ocurrida el pasado jueves fue un colapso o derrumbe importante de la ladera sur del segundo domo, de dimensiones considerables y que dejó una cicatriz en forma de herradura de 500 por 500 metros y una profundidad de 100 a 150 metros.

“Los grandes flujos de rocas, cenizas y piroclastos bajaron violentamente y quedaron a cinco kilómetros de la ciudad. Por ello, la situación es sumamente peligrosa”, explicó Muñoz.

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  • También explicó que el domo es una cúpula formada por el enfriamiento del magma de alta densidad; es decir, de alto contenido de sílice (75%) y agua. “Cuando un volcán tiene un alto contenido de sílice, es un magma muy denso, que le cuesta moverse; por lo tanto, no fluye y comienza a formarse una especie de cúpulas”.

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  • El especialista sostuvo que de acuerdo al monitoreo visual, intrumental, termal, geoquímico y de deformasión del terreno, hay tres escenarios posibles sobre su evolución eruptiva. “Una, es la que esperamos todos, que ojalá ocurriera pronto: que la erupción entre en una fase de declinación y concluya, lo que no significa que termine de un día para otro, puede durar meses o años. El segundo escenario probable es que entre nuevamente en una etapa muy explosiva, y el tercero es que se mantenga como ahora por un tiempo indefinido”, concluyó.

    La voz rebelde

    RITA GUTIÉRREZ,
    de “Hijos y Amigos de Chaitén”:

    “¿En cuantos años más nos harán un nuevo pueblo? Si ni siquiera no han querido encausar el río”.

    BERNARDO RIQUELME,
    concejal y locutor radial:

    “El Gobierno le está doblando la mano al alcalde (Pedro Vásquez). Si quieren construir una ciudad en un lugar seguro, háganlo bien”.

    ANA MARÍA GALLEGOS,
    representante de los desplazados:

    “Aquí hay juegos políticos. ¿Por qué no le dicen al señor Douglas Tompkins que el parque murió y que debe abandonar el lugar? A él deberían sacarlo, pero no declarar que Chaitén está muerto”.

    OSVALDO SCHILLING,
    representante de comerciantes:

    “Hay un patrimonio que cuidar y vamos a seguir cuidando nuestras pertenencias en Chaitén”.

    JEANNETTE CATRILEF,
    miembro del grupo de desplazados:

    “Tenemos temor de salir, porque nos pueden saquear”.