Vitacura: plebiscito habemus
(La Nación, 12/03/2009)
Por Patricio Herman, Fundación Defendamos la Ciudad
OBSERVATORIO CIUDADANO
De modo majadero, desde hace mucho hemos insistido en La Nación en que las decisiones sobre las normas de uso de suelo y edificación de las comunas deben ser decididas por los ciudadanos que residen en el territorio respectivo. Recordemos que en el Título IV, “De la participación ciudadana”, en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, se contempla el plebiscito para dilucidar los distintos puntos de vista que pueden existir sobre las modificaciones de los instrumentos normativos urbanos.
El próximo domingo 15, los 56 mil residentes inscritos en los registros electorales de Vitacura decidirán si apoyan las propuestas municipales para aumentar el crecimiento inmobiliario en altura o si prefieren mantener en tres sectores determinados las actuales reglas del juego establecidas en la Ordenanza del Plan Regulador Comunal (PRC). Este territorio jurisdiccional pertenecía, hasta 1992, a la Municipalidad de Las Condes y en diciembre de 1999 se publicó el primer PRC para Vitacura, al que en estos diez años se le han hecho varias modificaciones para facilitar el negocio inmobiliario.
Esta inminente votación es consecuencia directa de la voluntad de un grupo de vecinos que se opusieron a la idea municipal de cambiar las condiciones de edificación en ciertas zonas para que ciertos grupos de la construcción pudieran hacer negocios a su amaño. Naturalmente, la propuesta municipal era secundada por todos aquellos particulares que teniendo viviendas unifamiliares en el sector a modificar querían venderlas al mejor postor para emigrar más al oriente. La motivación de éstos era hacer una ganancia rápida con la venta de sus inmuebles, pero sin detenerse a pensar en los perjuicios que sufrirían los vecinos del entorno. Aprés de moi, le déluge, como dijera un despreciativo monarca francés con ocasión de la suerte que correrían los demás infelices una vez conseguidos sus viles propósitos.
Pero los vecinos que privilegiaban la densidad baja, en viviendas de uno y dos pisos, con el concepto de buena calidad y estilo de vida e identidad barrial, forzaron al municipio, con los mecanismos establecidos en la ley referida en el primer párrafo, para que esta materia fuera resuelta democráticamente en un plebiscito, lo que acontecerá el domingo 15. A pesar de que el establishment local siempre se opuso a que los ciudadanos libremente decidieran el asunto, fue la Contraloría General de la República la que obligó al alcalde Raúl Torrealba a permitir que los vecinos se expresaran. Las opciones en juego son torres comerciales y habitacionales, con el obvio incremento del parque automotor en calles ya colapsadas, o las condiciones actuales.
Pese a que hay otros cambios urbanísticos en carpeta, la autoridad municipal decidió que sólo en tres sectores la ciudadanía podía pronunciarse en el plebiscito: 1. Sector Escrivá de Balaguer-Doctor Almeyda-Club de Polo-Guaraníes; 2. Sector Avenida Kennedy-Benito Juárez-Fernando de Argüello-Tupungato-Corte de Apelaciones, y 3. Sector Alonso de Córdova-Nueva Costanera.
Serán los ciudadanos quienes decidirán cómo desean vivir en el futuro. Éste es un hecho inédito en Chile y debería ser replicado en todas la comunas. Pero aunque tenemos la plena convicción de que ganará el No en el plebiscito, no podemos perder de vista que si los votantes no llegan a 50% de los inscritos en los registros electorales, este ejercicio democrático no producirá efecto. Advertimos que, ante una eventual abulia ciudadana, el municipio estará en óptimas condiciones para seguir modificando las normas urbanísticas según sus propias motivaciones, con lo que los especuladores inmobiliarios quedarán muy satisfechos.
Nos llama la atención que los diputados del distrito, Julio Dittborn (UDI) y Cristián Monckeberg (RN), así como los senadores de la circunscripción, Soledad Alvear (DC) y Pablo Longueira (UDI), no hayan a la fecha formulado ninguna declaración pública llamando a la participación ciudadana en el plebiscito. No les pedimos que apoyen a una u otra postura, porque sería complicado para ellos expresar sus preferencias, pero sí que inviten a sus electores a ejercer la democracia. Los candidatos presidenciales también deben estimular a la ciudadanía de Vitacura a que cumpla con su deber de decir Sí o No a la propuesta del alcalde Torrealba.