FACh utilizará el viento antártico para dotar de energía limpia a Villa Las Estrellas
Proyecto contempla la instalación de tres aerogeneradores en la base Frei, con una potencia de un megawatt. Por Rolando Martínez
PUNTA ARENAS.- Las ráfagas de viento antártico, que habitualmente barren la superficie de la isla Rey Jorge, 1.200 kilómetros al sur de Punta Arenas, serán aprovechadas por la Fuerza Aérea de Chile (FACh) para dotar de energía eléctrica a Villa Las Estrellas y la base Presidente Eduardo Frei Montalva.
El proyecto contempla la instalación de tres aerogeneradores en la base antártica de la FACh, cuya potencia instalada podría alcanzar un megawatt, suficiente para abastecer la demanda para las instalaciones militares y las casas del personal.
Con ello se busca modernizar el suministro con un sistema de generación de energía renovable, que además permita un ahorro importante, al reemplazar los dos generadores que actualmente funcionan en base a diésel. Cuando el proyecto esté plenamente en funcionamiento, el 80% de la energía se captará de la fuerza eólica y sólo el 20% del petróleo.
“Ya se han realizado las evaluaciones en terreno y se analiza la factibilidad económica para dotar a la base de molinos de viento”, señaló el jefe de la Base Frei, comandante de escuadrilla Carlos Madina.
Hace un año se levantó una torre de 35 metros con sensores, que miden las variaciones del viento del lugar. El director del Centro de Estudios de Recursos Energéticos de la U. de Magallanes, Arturo Kunstmann, dijo que las ráfagas en la isla Rey Jorge son propicias para el proyecto.
El Instituto Nacional Antártico Chileno (INACh) instaló hace tres años un generador de energía eólica para suministrar electricidad a la estación científica de isla Livingston, en las islas Shetland del Sur. La adquisición de los equipos, instalación y puesta en marcha del generador eólico de aspas verticales de 3 kilowatts costó $38 millones. El aerogenerador entrega energía continua a los investigadores, que llegan cada verano a trabajar a la estación científica Guillermo Mann, en Cabo Shirreff.
Las instalaciones incluyen una unidad de respaldo de energía convencional para enfrentar los cambios en los consumos proyectados o la descarga de baterías por falta de viento.
Los más avanzados en el uso de esta energía en el continente antártico son los australianos de la base Mawson, quienes se abastecen completamente con la fuerza del viento blanco.
Hay otro proyecto en desarrollo en la zona de isla de Ross, que producirá energía para la base científica neozelandesa Scott y la norteamericana McMurdo, para ahorrar el consumo de 500 mil litros de diésel al año.