Arquitectura chilena: los sobrios diseños que sorprenden en Washington

(La Tercera, 16/05/2009)

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Cristián Undurraga y Smiljan Radic fueron nombrados miembros honorarios de la Institución de Arquitectos Americanos, reconocimiento que premia la austeridad por sobre lo espectacular.
por Graciela Marín.

Sin la singularidad de Frank Gehry, los diseños imposibles de Zaha Hadid o la espectacularidad de Herzog & DeMeuron, la arquitectura local está colándose en la primera línea a nivel internacional. A principios de mayo, Cristián Undurraga (1954) y Smiljan Radic (1965) fueron nombrados miembros honorarios de la Institución de Arquitectos Americanos (AIA), el mayor reconocimiento que la agrupación estadounidense otorga a arquitectos de todo el mundo. Entre los ganadores de años anteriores figuran el reciente Premio Pritzker, Patrick Zumthor, además de Oscar Niemeyer, Jean Nouvel, Rem Koolhaas y Toyo Ito. Este año, de nueve arquitectos en la lista, sólo dos eran latinoamericanos: ambos eran chilenos.

Desde 1995 que un profesional de acá no recibía un reconocimiento de la AIA. “Estoy completamente encantada por ellos”, dice a La Tercera Anne Schopf, arquitecta estadounidense que nominó a los realizadores locales. Su aproximación a sus diseños fue a través de publicaciones disponibles en Seattle, Washington. “Históricamente, muchos de los miembros honorarios de la AIA provenían de Europa y Asia. Presumo que era porque nuestros caminos se cruzaban en forma mucho más frecuente. Yo busco individuos y países que hacen un gran trabajo de diseño, pero que no han sido reconocidos”, explica Schopf, quien forma parte del Comité de Diseño del AIA y fue la principal impulsora de los chilenos, en un momento en que los nombres locales aparecen cada vez más en publicaciones, bienales y proyectos internacionales.

LO PUBLICO Y LO PRIVADO

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  • Las trayectorias de Radic y Undurraga han avanzado a paso firme, pero por caminos distintos. La oficina Undurraga Deves se ha hecho conocida por trabajar en espacios públicos: además del Museo de Artes Visuales (2000), hace tres años estuvo a cargo de la remodelación de la Plaza de la Ciudadanía y la construcción del Centro Cultural Palacio La Moneda, emplazado bajo la casa de gobierno. Hoy están enfocados en la remodelación de la Plaza Sotomayor de Valparaíso.”Hemos puesto nuestro corazón en lo social y en lo público, sin renunciar a nuestra condición de arte”, explica Cristián Undurraga. Su oficina también ha participado en el proyecto de vivienda social Elemental, junto a Alejandro Aravena.

    Radic, en cambio, ha tenido una carrera de corte más experimental, en la que destacan diseños como la Casa de Cobre y el Restaurante Mestizo. Son construcciones en ambientes aislados, en los que resaltan las formas y los materiales, así como la relación del diseño con el entorno. Descritas como creaciones reflexivas, y de apariencia frágiles, sus diseños han sido difundidos por publicaciones internacionales como 2G, a+u y Lotus. “Su trabajo es muy poderoso y emocional”, describe Schopf. “Está vinculado fuertemente con la cultura y el lugar. Menor en escala que la obra de Undurraga, hay poesía y silencio en su trabajo”.

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  • Al contrario de la actividad más pública de Undurraga, quien además integra el Consejo Asesor de Arquitectura de la Dirac, Radic es un arquitecto más bien solitario, difícil de ubicar y renuente a la exposición pública. El no ve lazos con sus pares que también están sonando afuera: “No sé mucho qué está sucediendo en Chile, tengo pocas conexiones con las universidades y con mis colegas”, aclara. “Muchas veces uno tiene más vínculos con un arquitecto de Australia o Japón que con los colegas nacionales”.

    DE NIVEL GLOBAL

    El reconocimiento de la AIA se refiere a un valor estético en común: apuestas austeras, pero novedosas, en un ambiente internacional acostumbrado al derroche en los diseños de los arquitectos estrella. “Nuestras obras representan una posición de sobriedad y rigor dentro de la tendencia internacional de arquitectura excesivamente autocelebratoria”, dice Undurraga. Anne Schopf está de acuerdo con esta idea: “Sus obras no tienen las formas del modelado digital de muchas de las grandes oficinas (Frank Gehry, OMA, etc). Son más directas y accesibles en su austeridad, más entendibles, y bastante sensuales. Atraen de una forma muy visceral”, explica. En el caso de Radic, él prefiere referirse a una calidad en alza: “Si uno se pasea por las calles acá, encuentra buenos ejemplos de arquitectura y, sobre todo, una media que no está mal. Hay nombres que se repiten afuera y que han podido dar a conocer sus construcciones. Esa reiteración arma ambiente. Por otro lado, Chile, a pesar de la globalización, aparece como un nombre exótico y estimulante”.

    Alejandro Aravena, Cecilia Puga y Sebastián Irarrázaval son otros nombres que se reiteran en actividades y publicaciones internacionales. Con Aravena como jurado del último Pritzker (otorgado a Zumthor, un arquitecto que también prefiere la sobriedad en sus diseños), Radic y Undurraga pasan a la primera línea de un grupo de arquitectos que, según la jurado de AIA, está sonando ya a nivel global: “Mucha obra interesante está saliendo no sólo de Chile, sino también de Brasil. Las publicaciones estadounidenses están mejorando en su cobertura de Sudamérica en los últimos cinco años. Cada vez estamos viendo y escuchando más sobre ellos”.