El triunfo de un arquitecto de la era global
(El Mercurio, 21/05/2009)
Por Constanza Rojas V.
El puente más alto del mundo, en Francia, es de su autoría. Así también el Puente del Milenio, el primero sólo peatonal en Londres desde el Imperio Romano; y el aeropuerto de Pekín, que recibe a cerca de 60 millones de transeúntes al año. El arquitecto británico Norman Foster ha esparcido sus obras por el mundo al punto de instalarse en los cinco continentes y recibir el premio Pritzker en 1999.
Ayer, el aplauso vino desde España con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. “Un reconocimiento de la importancia del diseño como catalizador en la mejora de la calidad de la vida” reconoció Foster al saberse el ganador. “Un arquitecto de la era global”, lo denominó el jurado, “que anticipa con brillantez la única ‘polis’ posible en el siglo XXI, al servicio del desarrollo sostenible y de la libertad”. Juicio que se confirma con su proyecto de construir la primera ciudad con cero emisiones de CO2.
Desde Chile, el arquitecto Cristián Undurraga lo reconoce como un sucesor de la tradición tecnológica. “Y lo interesante es que ha incorporado una elegancia en este enfoque”, agrega. ¿Y el lado B del premio? “No obstante admirar su trayectoria, me sorprende que el Príncipe de Asturias de las Artes se le otorgue a un arquitecto cuyo centro no es precisamente el arte. El arte tiene que ver con ser artesano, y Foster es todo lo contrario”.
El arquitecto recibirá 68 mil dólares por el premio, junto a una escultura de Miró.