Tren bala, no gracias
(La tercera, 23/05/2009)
Señor Director:
Sorprende que un economista tan bien preparado como Paul Fontaine insista en evaluar la implementación de un tren bala entre Santiago y Puerto Montt. Un proyecto de este tipo tiene costos que van de entre los 10 millones y los 80 millones de dólares el kilómetro. Considerando los poco más de mil kilómetros que hay entre ambas ciudades, además del ramal a Concepción, es posible tener una idea de la magnitud de la inversión requerida. A esto deben sumarse los trenes.
Fontaine también argumenta que estos trenes podrían comprarse sin intereses, debido a la contingencia económica mundial y a la buena voluntad de algunos países. Al respecto, incluso si los trenes nos los regalaran, no se justificaría la inversión en líneas férreas para un tren de alta velocidad.
Además, para un viaje entre Santiago y Puerto Montt, por muy rápido que sea un tren, éste no puede competir ni en tiempo ni en tarifa con el avión. Así de simple.
Los trenes de alta velocidad sólo se han implementado entre grandes ciudades de países con elevados ingresos per cápita y que están en condiciones de gastar cientos de millones de dólares en subsidios. Con el Transantiago, la cuota de subsidio al transporte la tenemos más que copada. Un Transbalazo, gracias, pero no.
LOUIS DE GRANGE C.
Profesor de la Escuela de Ingeniería Industrial
de la Universidad Diego Portales