Ciudad Parque Bicentenario
(El Mercurio, 24/05/2009)
Señor Director:
El Estado y sus organismos de gobierno son los llamados a resolver los problemas de la población, y no están para agregar otros nuevos. En el balance de este período final de la Concertación, sólo se puede llegar a la conclusión de que ésta no ha hecho nada importante para modificar el viejo modelo de crecimiento urbano.
El fracasado proyecto de reconversión urbana del Aeropuerto de Cerrillos surge para refrendar el viejo oficio del Estado en estas materias, que no ha sido otro que el de “plantar” el crecimiento de las ciudades sobre suelos de interés agrícola y climático más idóneos para usos diferentes a los urbanos, inventando permanentes periferias.
Este modelo de desarrollo que siempre ha primado en los organismos públicos cuando han debido afrontar el crecimiento de las ciudades del país no ha sido diferente a las viejas actuaciones de urbanización, loteos a medio hacer, en permanente pugna con los usos económicos tradicionales del suelo y utilizando la vivienda como único recurso de desarrollo urbano.
El paisaje resultante no puede ser otro que el de un tierral de casas, con grandes conflictos sociales y ambientales prontos a estallar y sin una estrategia de desarrollo económico ni proyecto urbano que lo avale.
En el caso de Cerrillos, y como acto reparatorio de este exabrupto urbanístico, el Minvu debiese devolver los terrenos a la Fundación Guggenheim para que en los mismos replique las actuaciones llevadas a cabo en ciudades europeas, promoviendo el desarrollo del sector. Asimismo, con ello se evitaría la debacle climática que nos espera por la obstrucción del único corredor de ventilación de baja altura que posee la ciudad y en donde los organismos municipales han pecado de desidia y dejación de responsabilidades.
JONÁS FIGUEROA
