Postales Urbanas: Chandigarh, India
Por Tomás Franke.Chandigarh, la ciudad bella, la ciudad de Le Corbusier, el paradigma de ciudades planeadas y qué digo yo, tras visitar Chandigarh, y ver todo lo que se sabe y se ha dicho de ella no me queda más que contarles cuál es mi impresión del estado de la ciudad y la vida en ella tras haber celebrado recientemente sus cincuenta años.En primer lugar, hay que decirlo: la ciudad es un monumento a las ideas de Le Corbusier, y hoy se le venera como a un Dios. Está presente en cada esquina, por medio de una escultura, museo, cartel y por sobre todo, en la boca de la gente. Preguntas en cualquier local por su ciudad y con orgullo te dirá que es planeada, destacará su limpieza y su verdor y te preguntará si sabes quién es el arquitecto para auto-responderse: ¡Le Corbusier! Siempre, con una gran sonrisa.
Para revisarla en la concepción de cómo fue creada, analizamos y mostramos sus partes:El propósito indiscutible de la ciudad es político. Tras la independencia de India en 1947, y la consiguiente separación con Paquistán trajo nuevas divisiones geopolíticas que requirieron de una capital conjunta para el estado de Haryana y Punjab. Una ciudad de gobierno para 500 mil habitantes, cuya concepción de ciudad orgánica sitúa los edificios de Gobierno por cabeza.Visitar “The Capitol Area” es realmente impresionante, especialmente cuando se le ha estudiado y revisado tantas veces en libros, estar finalmente ahí presente te deja sin aliento. Grandes masas de concreto, plásticas en sus formas pero inspirando respeto y cubiertos de colores que le dan vida. El estado actual es excelente a excepción de que la verdadera entrada a los edificios es por detrás y que la plaza, que conecta el “Secretariat” con “High Court” (pasando por Vidhan Sabha (Legislative Assembly) y la casa de las sombras), está desierta, a mal traer y tiene una reja separa ambos sectores.
Continuando con la división de actividades urbanas, se genera una grilla de 800 x 1200 mt en unidades enumeradas. Las avenidas que conforman la grilla son de alta velocidad y los sectores están solo divididos por vías de velocidad reducida y calles peatonales.Dicha división, funciona de maravilla. Si bien caminando por las arterias principales, uno se siente des-escalado y fuera de la ciudad, esto permite que al adentrarse en los sectores, exista una perfecta tranquilidad y se vean constantemente parques con niños jugando sin cuidado de nadie, colegios, y residencias conviviendo armoniosamente.Las viviendas, en su mayoría diseñadas por Pierre Janearett, en el espíritu modernista, tienen ciertas adaptaciones a la vida India que parece ser legado del equipo americano anterior: Mayer y Nowicki.Respecto a la autosuficiencia de cada sector, creo que se puede cuestionar, pero sin duda que muchos de ellos funcionan muy bien y operan de forma mixta en sus actividades.
Una vez ya crecido, el verde de la ciudad es un factor a destacar. Los cinturones verdes o pulmones del plan original, están ya crecidos y en su esplendor. El Lago Hardana próximo a “Capitol area” es un centro de junta local, de relajo que de verdad logra el objetivo de hacer una ciudad más humana. Es la única ciudad (de las que visité en India) donde pareciera que sus ciudadanos tienen tiempo para recrearse. Puede que tenga relación con estar bajo el amparo del trabajo gubernamental, pero el hecho es que sus parques están siempre llenos y su cuidado es inigualable.Las calles, con sus detenidos estudios de arboles perenes, de follaje alto y tronco grueso y mixtos según las circunstancias, realmente aíslan los sectores residenciales y hacen de las avenidas grandes parques. Ello a costa de la dificultad de distinguir donde se está y la vida que hay en cada lugar perdiéndose una cierta noción de ciudad urbana y acercándose más a una ciudad jardín de la que habla Hebenezer Howard. Las esquinas, no tienen mayor carácter pero cumplen su función de distribución para las amplias rotondas.El corazón de la ciudad, o su centro es el sector 17. Para mi sorpresa, el lugar bulle en vida y es apropiado por sus ciudadanos de un modo muy particular: Una plaza dura con centros verdes y piletas, rodeado por arcadas de edificios sostenidos en “pilotis” y una calle elevada que remata uno de sus bordes, es el centro comercial.Los edificios modernistas, en su “verdad del material” están en un contexto que los hace blandos y entre publicidades, globos, luces y turbantes, aparece un centro perfectamente indio, pero con un orden y limpieza del que ellos mismos se enorgullecen. La gente va a mirar a la gente, se sienta a tomar un helado, se montan exposiciones culturales en medio y funciona indiscutidamente como el centro de la ciudad. Dentro del mismo sector está la estación de buses y la rodean cinturones verdes con parques y espacios abiertos que rematan la zona como centro de atención.Ciudad y arquitectura para arquitectos, estructuras melomaníacas, imposición y deificación del arquitecto, masas muertas de concreto, artificialidad y restricción de libertad son algunos de los adjetivos calificativos aplicados a Chandigarh. No los niego pero sí expongo una visión de cómo se vive la ciudad y tal vez subjetivamen te de cómo la perciben sus ciudadanos.
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