IVA en las viviendas de lujo
(La Nación .5/06/2009)
Por Patricio Herman
Ese subsidio se debería focalizar en la demanda y por una sola vez, para que así cumpla una función social, pero la institucionalidad ha preferido mantener el subsidio a la oferta de todas las viviendas.
El sector de la construcción, y en especial las empresas que explotan el negocio inmobiliario, por tener excelentes lobbystas que saben relacionarse con los ministerios sectoriales y ciertos parlamentarios, casi siempre consiguen lo que desean de los distintos gobiernos. Así sucedió cuando se trató en 2008 en el Congreso el término de la exención del IVA para las viviendas. Convengamos que éste es un IVA muy especial, porque el Servicio de Impuestos Internos (SII) devuelve a las constructoras 65% del mismo. Con la ayuda de insignes personajes y el apoyo de ciertos medios de comunicación, se desnaturalizó el proyecto del gobierno impulsado por el diputado PS Carlos Montes. Así fue como se mantuvo íntegra la franquicia para las viviendas de hasta 2 mil UF y escalonada con un tope fijo para el resto, estableciéndose que las de 4 mil 500 UF para arriba, a partir de julio de este año, deben pagar íntegro ese IVA especial.
Hace poco, la Asociación Gremial de Oficinas de Arquitectos (AOA) solicitó al gobierno postergar la aplicación de la ley, es decir, el pago del IVA de las viviendas nuevas con precios sobre las 4 mil 500 UF. Ello, en consideración a que sus 163 asociados habrían reducido sus niveles de actividad. Recordemos que esa asociación empresarial reúne a los más destacados arquitectos del país y la totalidad de sus proyectos son de nivel muy superior, lo que significa que sus distinguidos clientes deberán pagar ese tributo, al igual que el resto de los chilenos que compran otros bienes.
Siempre hemos dicho que ese subsidio se debería focalizar en la demanda y por una sola vez, para que así cumpla una función social, pero la institucionalidad ha preferido mantener el subsidio a la oferta de todas las viviendas, con lo que se ha estado favoreciendo, de modo escandaloso, al sector productivo, generándose un trato discriminatorio con otros sectores de la economía que sí pagan IVA. Vale la pena transcribir lo que manifestó en La Segunda del 29 de mayo Ernesto Fontaine, conocido economista y académico de derecha, ante las inmoralidades e inequidades que se dan en el ámbito del pago de los tributos. Con una transparencia poco habitual dijo: “¿Cómo es posible que alguien que tenga 80 departamentos DFL2, que tiene un tremendo ingreso por eso, no pague impuestos?”. Recordemos que los inmuebles DFL2, que son los que más se construyen, tienen infinidad de regalías tributarias, siendo la más gravitante la no declaración de las rentas que generan las mismas y por ello Fontaine, con justa razón, reclama airadamente.
Es más, hemos leído en los medios de negocios que, según el Informe Inmobiliario Incoin, en el primer trimestre de este año se vendieron más unidades que en el último trimestre de 2008 y esta alza corresponde a 20%, algo bastante indicativo de la conducta del mercado. Pero pese a lo anterior, las asociaciones empresariales, con una solapada campaña del miedo, han estado pidiéndole al gobierno que postergue la aplicación de la ley para que así las viviendas sobre las 4 mil 500 UF mantengan la regalía actual.
En los últimos meses, el Ministerio de Vivienda ha estado aprobando una serie de medidas que favorecen al sector inmobiliario, con lo cual le ha sido muy fácil a estas empresas vender sus viviendas de hasta 2 mil UF (42 millones de pesos). Para constatar lo anterior basta mirar los noticieros de TV, que muestran a los impulsivos adquirentes llenando formularios para que los bancos financien sus créditos hipotecarios con las tasas de interés históricamente más bajas. La Cámara de la Construcción ha puesto el grito en el cielo, aduciendo que la aplicación de la ley en julio aumentará la burocracia y que, por ser las viviendas de mayor precio las que generan más inversión, se debería revisar la materia. Y en un arranque de locura, su presidente llegó a pedir que a los compradores de viviendas sobre las 2 mil UF se les descuenten los dividendos del impuesto global complementario. Bueno, en pedir no hay engaño.
Los que impulsamos el libre mercado de verdad, donde todos los actores económicos deban competir en igualdad de condiciones, y quienes sostenemos que los subsidios se focalicen sólo para los sectores más vulnerables, hacemos un llamado al gobierno para que no se deje embaucar y que haga cumplir la ley tal como se aprobó el año pasado. Y ojalá el ministro de Hacienda, que sí sabe de números, ordene los estudios necesarios para que próximamente esta franquicia esté dirigida a la demanda de viviendas, incluso sin tope de precio, y por una vez a cada beneficiado.
* Fundación Defendamos la Ciudad