Barrio Brasil: Fusión de una calle y una plaza histórica
(La Nación. 8/06/2009)Por Rodrigo Chacón
La Nación Bicentenario
En el siglo XVI, Santiago era una ciudad con parcelas como las del capitán Diego García, quien había viajado con Pedro de Valdivia sirviendo al Rey en el poblamiento de Chile. En aquella época se realizaban reparticiones de indios y de terrenos cultivables como forma de pago a los conquistadores. Pero hubo casos en que algunos personajes tomaron sectores que no les correspondían, pues consideraban que estaban mal pagados. Ése fue el caso de Diego García Reyes, a quien en el Cabildo de 1553 se le comprobó haberse adueñado de sectores límites en el poniente de la cuenca santiaguina. Aquellos terrenos debían ser devueltos.
De esa forma, el sector pasó a ser usado como vía pública, construyéndose una calle de casi media cuadra de ancho que en un comienzo se llamó La Cañada de García Reyes. Con el paso de los años, su nombre cambió a avenida Brasil, la que comenzaba en el río Mapocho y se extendía hacia el sur.
La calle se caracterizaba por ser un poco más inclinada que el resto de las entonces avenidas. Además, había en el sector algunas casas que se situaban entre calle Catedral y Compañía.
No fue el único nombre de la actual Avenida Brasil. Al ya mencionado Cañada de García Reyes, se sumaron después los de Cañada de Cáceres, Cañada de Saravia y Calle de la Acequia de Negrete. El nombre de avenida Brasil surge en el año 1900, luego que se decidiera la construcción de una plaza del mismo nombre.
Las obras de remodelación del sector y construcción de la plaza estuvieron a cargo de un grupo de ingenieros y urbanistas integrados por Ramón Eyzaguirre, Manuel Fuenzalida y Eugenio Ossa, quienes terminaron las obras un 20 de enero de 1902 bautizándola como Plaza Brasil a razón de los lazos de confraternidad existentes entre ese país y Chile.
Para la inauguración de la plaza, se realizaron actividades propias de una fiesta, anunciando la nueva plaza y remodelación del sector. Salvas de 21 cañonazos, bailes, desfiles, discursos y la instalación de lugares para la venta de productos formaban parte de la bienvenida por parte de la ciudadanía a este nuevo espacio público en Santiago. La plusvalía del sector subió y con los años las familias pudientes se instalaron a vivir en grandes residencias, lo que convirtió al sector en uno de los más elegantes cuando se inició el siglo XX.
Hoy, la plaza mantiene su esencia arquitectónica, la que convive con la bohemia y con edificios de departamentos que, a la vez, le dan un marco urbano e histórico al barrio.