MOP someterá 1079 proyectos a participación ciudadana en 2009
(La Nación. 8/06/2009)
Por Ricardo Ahumada
La norma, vigente desde diciembre, obliga a someter a instancias de negociación comunitaria todos los proyectos de infraestructura pública. “Si no tenemos estos mecanismos, podemos hacer muy buenos proyectos que no son recogidos por la comunidad”, dice el subsecretario de Obras Públicas, Juan Eduardo Saldivia.
En diciembre de 2008, el ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, cumplió una promesa que venía anunciando hace meses: todos los proyectos de la cartera que tuvieran intervención pública pasarían, en sus distintas fases, por procesos de participación ciudadana.
“Esto no es una reacción del ministerio. A partir de la constatación de que los proyectos son más completos cuando incluye participación ciudadana, instruimos el manual para que nuestro personal qué sepa hacer en esos casos”, explica el subsecretario del MOP, Juan Eduardo Valdivia.
Así es como este año el MOP está aplicando el proceso en 1079 proyectos: 503 en etapa de diseño, 73 en etapa de preinversión y 503 en ejecución. Algunos se desarrollaron después de ejecutada la obra, como las mitigaciones de la Autopista Vespucio Sur, y otros antes de empezar las obras, como los mejoramientos en la pérgola de San Francisco o el empalme de la autopista Troncal Sur, en la Región de Valparaíso.
La autoridad recalca que este proceso no es sólo sentarse a “negociar” con las comunidades aquellas cosas que se puedan legalmente incluir. “También contempla hacer ver lo que no conviene. Es en ese diálogo cuando se pueden tomar decisiones concretas y, por ende, su impacto positivo es mayor”, añade.
Pablo Badenier, de la Secretaría de Medio Ambiente y Territorio (Semat), agrega que la fórmula además se vinculó al sistema de inversiones de Mideplan. “Es importante en la etapa de prefactibilidad evaluar las necesidades de la ciudadanía, porque en las fases más tempranas es más factible incorporar su opinión y eventualmente generar cambios al proyecto. Eso evita incrementos de obras, discusiones, atrasos, paralizaciones y una serie de otros problemas”, señala.
“Sin la existencia de estos mecanismos de participación ciudadana -cierra Valdivia-, podemos hacer muy buenos proyectos que no son recogidos por la comunidad, (y surgen) dirigentes más radicalizados que al final piden cosas que son imposibles de otorgar y ahí se produce el cortocircuito”. LN
Pérgola enchulada
La licitación de la Pérgola de San Francisco se realizó a fines de 2008 y su ejecución está prevista para el segundo semestre de 2009. La pérgola Santa María y sus inmediaciones serán licitados el año este año y sus obras concluirán el segundo semestre de 2010.
Los beneficiados de este proyecto integran la Asociación Gremial de Comerciantes Tirso de Molina, los que han suscrito varios protocolos de acuerdo con el ministerio para llevar adelante sus necesidades de infraestructura, las que además contempla el manejo arqueológico de los Tajamares.
El mejoramiento de la Plaza de Abastos y la Pérgola de las Flores tienen una inversión de $5.500 millones e involucra las comunas de Recoleta e Independencia.
El emblemático Troncal Sur
Uno de los proyectos más simbólicos de participación ciudadana ocurrió en una de las entradas a Viña del Mar. La construcción de la autopista Troncal Sur empalmaba la ciudad en una calle común y corriente, por lo que el MOP se sentó a negociar con la comunidad para evitar un cuello de botella frente a sus casas.
“La obra es tremendamente invasiva en una zona densamente poblada, con mucho comercio, escuelas, etc. Ahí se hizo un trabajo desde el diseño, se puso en marcha blanca hace cerca de un mes y nos falta terminar una pasarela”, dice Saldivia.
El proceso incorporó señalización, una caletera y semáforos. Además, “la gente nos pidió arreglar un sitio eriazo que era foco de drogadicción y delincuencia y lo rellenamos, lo transformamos en plazas, lo iluminamos. Resultado: ganancia para todos. De eso se tratan estos procesos”, explica Saldivia.
Hoy, la comunidad valora el sistema. “Estamos muy contentos. Llevábamos años negociando con ellos estos cambios y la intervención le dio otro aire a nuestra villa. La plaza que tenemos quedó como la de Viña, bien iluminada”, cuenta el dirigente vecinal Pedro Tapia.