Trolebuses de Valparaíso enfrentan crisis con alto riesgo de desaparecer a fines de año
(El Mercurio. 15/06/2009)
Monumentos nacionales empiezan a extinguirse del paisaje urbano del puerto. La compañía pierde $9 millones al mes.
Por Audénico Barría y Jorge Molina.
Los viejos trolebuses de Valparaíso están a punto de extinguirse tras 57 años. De paso, caerá también el récord mundial que marcan los Pullman Standard de 1947 como el modelo más antiguo aún en circulación.
La empresa concesionaria Trolebuses Chile S.A. alerta que sólo suma cuantiosas pérdidas y que si no repunta, lo cerrará definitivamente a fines de año.
El proceso está en marcha: va a dejar circulando sólo a 10 de las 24 máquinas (20 realizan recorridos y 4 son de reemplazo).
En mayo último, la empresa perdió $9 millones. El hecho no es nuevo, dice el dueño de la compañía, Pedro Heimpell, pero la cifra es hoy más abultada. En 2008 perdieron $27 millones.
El gerente de Trolebuses Chile, Alexis Bustos, afirma que es imposible competir con las micros, que cobran entre $230 y $250 por el mismo recorrido que los troles realizan por $300. Y no se puede bajar la tarifa por los costos operacionales: “Mientras la energía eléctrica aumentó en un 114% desde que se licitaron los recorridos en enero de 2007, el petróleo bajó en un 13,75%”, dice.
Parte de la responsabilidad en la nueva crisis de los troles la tiene el Gobierno, asegura Heimpell. En la licitación de recorridos del TransValparaíso, en 2007, a Trolebuses Chile se le entregó en forma exclusiva la avenida Pedro Montt. Pero, un mes mas tarde, ante la presión del comercio y del municipio, Transportes reabrió la vía a los microbuses.
“Es como si a un troncal de Santiago le pusieran a competir una decena de recorridos después de la licitación. Cuando utilizábamos Pedro Montt solos llegamos a transportar a 360 mil pasajeros en el mes, y con eso podíamos sobrevivir. Pero ahora bordeamos los 220 mil”, explica.
¿Un salvavidas estatal?
Ian Thomson, experto tasador de trolebuses para el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) afirma que uno de los principales problemas de todos los troles del mundo es el alto costo de sus catenarias (tendido eléctrico aéreo) y sus recorridos limitados.
A su juicio, en estas condiciones la firma debe seguir operando por contrato de concesión, pero eso no permite mantener un fondo de reserva para la operación y mantención de las máquinas. “La única solución es la venta de los troles y el sistema eléctrico al Estado, y que éste se lo entregue en concesión a un ente privado”, dice Thomson.
En 2007, el Gobierno comprometió la compra de los 16 troles declarados monumentos históricos en 2003, de los cuales la mitad pertenecen a la anterior empresa que quebró, y los restantes a la actual concesionaria. Cada máquina está tasada en cerca de $6 millones.
Junto con ello, el CMN amplió la declaratoria de monumento histórico a 12 kilómetros de catenarias, los 717 postes que la sostienen, la subestación eléctrica y el carro de arrastre de las máquinas. Además, dice Heimpell, se firmó un convenio en que el Estado se comprometía a aportar recursos para gastos operacionales como el arrendamiento, energía eléctrica y mantención de los trolebuses licitados con declaratoria de monumento nacional. A dos años de esos compromisos, sólo la declaratoria se cumplió.
En la Subsecretaría de Transportes se informó que el compromiso de comprar los troles se mantiene y que se trabaja para determinar por qué vía se hará la adquisición.
57 años de un recorrido con tropiezos
La historia de los troles de Valparaíso no ha estado exenta de problemas.
Fueron inaugurados por la Empresa Nacional de Transportes (ENT) el 31 de diciembre de 1952 con un recorrido desde la Plaza de la Victoria hasta Barón, y semanas después se abrieron rutas hacia la Aduana y calle Colón.
Al año siguiente, la ENT fue reorganizada como la Empresa de Transportes Colectivos del Estado (ETCE), y en 1954 Valparaíso recibió 39 troles de la “Línea 800” desde Santiago, los más antiguos hoy en operaciones, para una línea a Viña del Mar. Sin embargo, ese recorrido duró menos de 5 años.
Con el correr de las décadas el sistema de trolebuses se fue deteriorando, y dejó de funcionar en Valparaíso en 1981. Al año siguiente, se reactivó bajo el nombre de Empresa de Transportes Colectivos Eléctricos en manos de particulares y alcanzó a tener un reimpulso, que incluyó la compra de nuevas máquinas y una fallida “exportación” de este sistema de transporte a Santiago en 1991.
El 4 de abril de 2007 la empresa se declaró oficialmente en quiebra. Pero, casi un año antes, el 10 de julio de 2006, el Ministerio de Transportes adjudicó la concesión a la nueva empresa Trolebuses Chile, la misma que ahora, tres años después, advierte que está al borde de la quiebra.
Infografía de Cristián Fiol, Marcelo Cáceres.