El uso de energía eólica tendrá un explosivo aumento en Chile

(El Mercurio. 24/06/2009)

Por Richard García

1031272273_foto_energia_eolica.jpgA fines de año, las 5 nuevas “granjas de viento” que comenzarán a funcionar aportarán a la red eléctrica 180 megaWatts, que se suman a los actuales 20 MW. Y hay 1.500 MW más en carpeta

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Por Richard García
Soplan vientos a favor de la energía eólica en Chile. Ayer, más de una treintena de personas, desde ejecutivos de Endesa hasta ingenieros recién titulados, se sumergieron por tres días en un curso intensivo sobre desarrollo de parques eólicos organizado por el Centro de Capacitación de la Cámara Chileno-Alemana de Comercio (Camcham). Hay interés, pero también dudas, reconoce Oliver Wendling, miembro del consejo ejecutivo de la Asociación Catalana de Energía Eólica y uno de los relatores del taller. “En este momento hay una actividad muy fuerte de desarrollo y generación de nuevos proyectos en Chile”, festejó el experto.

“Hoy tenemos funcionando dos proyectos, Alto Baguales, de 2 megaWatts, que partió funcionando en 2001, y Canela 1 de Endesa, que entró en operaciones a finales de 2007 y aportó 18 megaWatts más”, cuenta Rodrigo García, ingeniero chileno consultor en el tema y otro de los conferencistas. Sin duda, dice, un período de pleno crecimiento.

Y ya están en construcción cuatro parques más: Canela 2, con 40 aerogeneradores adicionales; Monte Redondo, de la empresa Suez; Totoral, de Norwind, y la planta generadora de Punta Colorada, de la empresa minera Barrick, todos en la Cuarta Región. Más al sur, en la provincia de Arauco, el parque eólico Lebu, de Cristalerías Toro, aportará 9 megaWatts.

Según García, la suma de todos esos parques más lo ya instalado permitirán contar, a fines de año, con una capacidad instalada total de 200 megaWatts, 10 veces lo que existe hoy, “lo que es un crecimiento enorme”.

Como Ralco

Y vienen más. Según la Comisión Nacional de Energía, existen nuevos proyectos que generarían 1.500 MW en total. Algunos aún no tienen aprobado el estudio de impacto ambiental, mientras otros ya superaron ese trámite. Es el caso del parque eólico Talinay, que la Corema de Coquimbo aprobó a principios de este mes. El proyecto cuenta con 243 aerogeneradores que inyectarán 500 MW más al sistema interconectado central. Para tener una idea de lo que esto significa, la capacidad instalada de una central como Ralco es de 690 MW. Aunque las centrales hidroeléctricas producen energía casi todo el año, mientras que las eólicas dependen del viento.

Por eso, García es partidario de aumentar la oferta de este tipo de centrales, aprovechando especialmente zonas favorables en la costa y en la cordillera.

“No conviene poner todos los huevos en una sola canasta; hay que diversificar la matriz, para que también incluya otras energías renovables, como la solar, la geotérmica y la del océano (de las mareas y las olas)”.

Al respecto, Wendling admite que si bien existe un interés creciente por el tema de las energías alternativas, “es preciso un marco regulatorio claro que garantice la estabilidad de los proyectos en el tiempo”. Reconoce que construir una central eólica es más caro que una termoeléctrica, pero a largo plazo conviene más, ya que no hay que comprar gas o carbón para que funcione, “el viento es gratis”.

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  • El paisaje importa

    El ahorro ha llevado a otros países a aumentar sus preferencias por la energía eólica.

    En EE.UU., por ejemplo, se pasó de 1.635 MW en 2001 a 28 mil MW el año pasado, suficiente para abastecer a 8 millones de hogares. Alemania pasó desde los 2.824 en 2002 a más de 20 mil en la actualidad.

    Pero la irrupción de esta energía no ha contado con la bendición de todos. En Europa se han levantado voces en su contra porque contaminaría visualmente el paisaje.

    Ese problema no debería repetirse en Chile, opina García: “En Europa, el espacio es pequeño, aquí hay lugares que se extienden por kilómetros donde sólo hay vacío”, compara, aunque reconoce que en el caso de un proyecto en Laguna Verde ya han surgido voces críticas.

    Wendling considera que los parques eólicos se deben integrar con el paisaje. En Europa, por ejemplo, los nuevos proyectos han mejorado el diseño de los generadores para que no irrumpan con el entorno. “Si aplicamos los mismos criterios, garantizaremos un desarrollo sustentable”.

    Consumo

    Con los 200 megaWatts que aportará la red eólica a fin de año, se podría cubrir la demanda energética de más de 90 mil viviendas.