Los números tras la paralización de la central termoeléctrica
(El Mercurio. 28/06/2009)
La coreana Posco y las constructoras chilenas Echeverría Izquierdo y Salfa son las compañías que se vieron salpicadas tras el dictamen judicial que detiene la inversión en el país.
A.G. y M.V.
Entre US$ 150 mil y US$ 250 mil diarios. Ese es el rango que la firma coreana Posco Engineering & Construction calcula como “daño líquido”.
La firma asiática es la contratista responsable de levantar Campiche. El megaproyecto de la eléctrica AES Gener que esta semana tuvo que paralizar las obras, luego del dictamen de la Corte Suprema que cuestionó el proceso por el que se dieron los permisos para levantar la planta a carbón en un terreno que en el plano regulador de Puchuncaví está destinado a áreas verdes.
Pero Posco es sólo una de las involucradas. A ella se suman las constructoras Echeverría Izquierdo y Salfa, como subcontratistas.
Los US$ 500 millones de inversión involucrados en el proyecto han hecho que su suspensión sea tema de debate en el mundo empresarial.
AES Gener ha dejado abierta la puerta a una nueva batalla legal con la esperanza de retomar las obras. Pero muchos consideran que para eso deberán pasar años. Mientras, las contratistas sacan cuentas.
Won S. Kim, gerente general de Posco en Chile, es claro en los impactos del fallo: “Podría considerarse una pérdida total en términos de los recursos invertidos”, dice, ya que técnicamente sería imposible reutilizar lo edificado.
A decir de Kim, mientras dure la paralización de las obras, el contrato de Gener sólo cubre los gastos relacionados con la suspensión de los trabajos, como el costo de finiquitar a los trabajadores. “La única forma en que nosotros ganamos es pudiendo hacer nuestro trabajo, no estar parados”, enfatizan en la firma.
Esta es una de las tres centrales en las que Posco está comprometida en Chile: otra es Nueva Ventanas y la tercera, Angamos, ambas de Gener.
Mano de obra
“En un momento de crisis, ésta es una de las inversiones más importantes que se están haciendo”, dice Fernando Echeverría.
La compañía de la que es socio -Echeverría Izquierdo- tiene el subcontrato para hacer el montaje mecánico del corazón de la planta: la caldera donde se quema el carbón y el montaje eléctrico. Un contrato que para la constructora chilena se estima en unos US$ 37 millones. Para este año, significa poco menos del 10% de la facturación proyectada.
“Teníamos 300 personas y pensábamos contratar alrededor de mil más en los próximos tres meses. Requeríamos muchísima mano de obra muy calificada, con un salario mínimo de 500 a 550 mil pesos”, dice el ex presidente de la Cámara Chilena de la Construcción.
Por el momento, la constructora chilena tiene a estos trabajadores en stand by , a la espera de la orden de finiquito. “Por supuesto vamos a hacer todos los esfuerzos para reubicar a la gente”, dice Echeverría, quien recalca que hay esperanzas de que el caso se resuelva en un plazo relativamente breve.
“Informalmente he estado con autoridades de Gobierno y me han manifestado que están extremadamente preocupados por esto, por el efecto sobre la inversión, la producción eléctrica y el empleo”, dice Echeverría, quien con su empresa también participa del proyecto Nueva Ventanas, de Gener, que está por iniciar sus pruebas de funcionamiento.
En la paralización también hay empresas de servicios, casinos y hasta pensiones involucradas, ya que sólo 30 trabajadores son de Puchuncaví, según datos municipales. El resto venía de otras localidades, como Quillota y Valparaíso.
US$ 250 mil diarios llega a costar al principal contratista la paralización de las obras.
1.000 personas más iban a ser contratadas para la siguiente fase de la planta.
$500 mil ganaban en promedio los trabajadores, según Echeverría Izquierdo.
US$ 37 mills. es el valor del contrato de Echeverría Izquierdo con Posco.