Parque Nacional Patagonia: el ambicioso plan de la esposa de Tompkins
(La Nación. 2/07/2009)
Recuperar los pocos huemules que aún quedan en la Patagonia, antes de que desaparezcan, es uno de los objetivos principales de la creación de este Parque Nacional. Por ahora, la iniciativa avanza en monitoreo de especies, pero les falta apoyo político. La oferta es ceder al Estado las tierras y la infraestructura.
Dos mil quinientos kilómetros cuadrados de Patagonia chilena protegidos y abiertos al turismo, es lo que pretende lograr la fundación norteamericana Conservación Patagónica (CP) en los próximos ocho años. El lugar, considerado por Conaf como prioritario, es una de las pocas áreas en las que aún quedan huemules, sin embargo, aquí también están desapareciendo, por lo que la fundación quiere y debe trabajar contra el tiempo.
Encabezados por Kristine Mc Divitt, la esposa de Douglas Tompkins, la institución sin fines de lucro, colecta donaciones y voluntarios para avanzar en el ambicioso proyecto que incluye a la ex estancia Chacabuco -un predio de 80 mil hectáreas, adquirido por la fundación en 2004- y dos reservas nacionales dependientes de Conaf: Lago Cochrane (69,25 km ) y Jeinimeni (1.611 km ).
Conservación Patagónica ofreció en ese entonces a Conaf 10 millones de dólares para adquirir el terreno privado con la intención de que éste quedara incorporado de inmediato al Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (Snaspe). Pero la entidad pública rechazó la oferta, tras un fuerte lobby de un grupo de empresarios interesados en el sitio, liderados por Ricardo Ariztía. Desde la fecha, la voluntad de ceder el terreno al Estado sigue en pie y aunque trabajan en conjunto con Conaf en monitoreo de especies en la zona, aún no hay respuestas concretas.
El plazo estimado para la que el parque esté finalmente listo depende de lo que tarden en desarrollar y construir “la infraestructura básica y necesaria de acceso y uso público, como señalética, centro de información para visitantes, senderos, áreas de camping, casas de guardaparques, entre otros”, señala Cristián Saucedo, administrador de Vida Silvestre en Valle Chacabuco.
Pero también de la decisión estatal, pues mientras Conaf no cambie la categoría de protección de Jeinimeni y Cochrane, de reserva a Parque Nacional, la fundación no puede ceder el terreno.
Barreras
Según estimaciones de CP, entre un 5% y un 10% de los huemules que habitan en el país se encuentran fuera de las reservas administradas por Conaf en el área. Valle Chacabuco es uno de esos terrenos, de ahí la preocupación por protegerlos.
Pero se han topado con la incredulidad de que la voluntad de donación por parte de la fundación sea efectiva. Su fuerte oposición a HidroAysén también podría jugarles en contra. Sin embargo, Saucedo asegura que el propósito fundamental de CP es la donación y que, de hecho, no es primera vez que entregan un terreno para conservación. En Argentina donaron el Parque Nacional Monte León, el primer parque costero trasandino de más de 62 mil kilómetros cuadrados.
La creación del Parque Nacional Patagonia contempla la conservación de especies endémicas como el huemul, ñandú, guanacos y cisnes, como la observación turística de cóndores, carpinteros y vizcachas, entre otros.
El programa de seguimiento de la fundación incluye las poblaciones de guanacos, huemules y algunos predadores como el puma y el zorro. Hasta ahora han instalado dispositivos satelitales (GPS) en 8 pumas (ver recuadro) y capturado y marcado unos 40 huemules. El monitoreo permanente permitirá determinar qué factores limitan la recuperación del ciervo y promover la toma de decisiones que apunten al aumento numérico del huemul en la zona.
El proyecto cuenta con el apoyo financiero de la Universidad de California, la National Geographic Society, Felidae Conservation Fund, National Science Foundation de EEUU y Conservación Patagónica.
Considerando el estado de conservación del huemul, en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), si es necesario, se contempla el traslado local y/o regional de la especie, como también de ñandúes. “Pero no es algo que tenga fecha por el momento y dependerá de los resultados que vaya arrojando el trabajo de monitoreo que se está realizando sobre esas y otras especies”, asegura Saucedo.