Las dos caras del Barrio Brasil
La semana pasada, los vecinos del Barrio Brasil, la Fundación Víctor Jara y la Municipalidad de Santiago, vivieron una serie de discusiones entre ellos.
Por un lado están los pubs, los restaurantes y toda la vida nocturna del sector, quienes desde hace algún tiempo se han ido instalando en las cercanías de la Plaza Brasil, convirtiéndola en lugar de encuentro de jóvenes y universitarios y perfilándose como nuevo centro del “carrete” santiaguino. Por otro lado, se encuentran los residentes del barrio que ya están cansados de los desórdenes, de la delincuencia y de no poder dormir en la noche. Se suma a la problemática un asunto de patentes municipales, mientras que otra arista del problema es el legítimo uso de un espacio público que, sobretodo en el caso del Barrio Brasil, tiene un sello artístico y cultural.
El problema
Si bien las molestias de los vecinos llevan bastante tiempo dando vueltas, las cuales apelan principalmente a la delincuencia que se ha generado en el último tiempo en el sector y a los ruidos nocturnos, el debate entre vecinos, locatarios y municipalidad comenzó a hacerse más evidente luego de que la Municipalidad de Santiago clausurara el edificio ocupado por la Fundación Víctor Jara y el Galpón del mismo nombre (contiguo al edificio) por un problema de patentes. Al día siguiente del cierre, y ante las quejas de los usuarios del galpón, la clausura fue levantada por la Municipalidad, la que fijó un plazo de 90 días para regularizar la situación de la patente, que debe ser cambiada por a una que permita la realización de actividades nocturnas y masivas.
.Los cambios del barrio Brasil
Son varios los factores que están interviniendo en el proceso actual que vive el barrio Brasil. Los barrios van cambiando en el tiempo; la homogeneidad de sus habitantes puede dar paso a un espectro mucho más amplio de edades, ingresos e intereses. Varios han transformado su rol y se han ido adecuando a las nuevas demandas de una ciudad también en cambio.
.Esta no es la primera vez que este barrio re-perfila sus matices. El siguiente texto es un extracto de “Brasil, un barrio burgués con elementos aristocráticos” de Miguel Laborde Duronea, el cual da cuenta de los grandes cambios sociales que ha experimentado el sector desde el siglo XX:
“Era ya otro Chile cuando nació este sector (el Barrio Brasil). Aunque asomó con pretensiones señoriales, y efectivamente tuvo su momento de brillo y esplendor social a principios de siglo, la emigración de la sociedad santiaguina hacia sectores ubicados al oriente del centro modificó su rol y carácter inicial. Vivió su auge hacia 1925 y padeció el abandono de las familias fundadoras hacia 1940. Sólo quince años en la cima. Pero en ellos hizo historia. Una primera historia a la que siguieron otras.”1
“Paso a paso, en los años veinte, treinta y cuarenta comenzó a reflejarse, progresivamente, el triunfo de la clase media y del Partido Radical. Los resabios aristocratizantes fueron quedando en el pasado, un pasado obsoleto que no había interés en recordar, y que, por lo mismo, se tradujo en abandono y deterioro de las mansiones mayores, caras de mantener.”2
La coexistencia de los actores
Si bien actualmente existe una legítima coexistencia entre los locatarios del barrio (que incluyen los locales diurnos y nocturnos de expendio de bebidas alcohólicas, los comerciantes, dueños de restaurantes y cafés, etc.) junto con los residentes, los vecinos reclaman a las autoridades la falta de seguridad y su, también legítima, protección de su patrimonio.
En cuanto a ventajas y desventajas de este resurgimiento del barrio, se podría considerar que la conquista de las antiguas edificaciones por la llegada de adultos jóvenes profesionales o estudiantes con una “onda alternativa”, para convertirlas en lofts o simplemente renovarlas, es una oportunidad para el sector, ya que se promueve la conservación y mantención del patrimonio edificado. Sin embargo, el hecho de que el Barrio Brasil se haya vuelto cada vez más llamativo por el significativo aumento de su oferta cultural y de entretención, es visto como una amenaza a la tranquilidad del sector, lo que para los vecinos corre el riesgo de convertirse en un “nuevo barrio Suecia”.
El desarrollo de barrios con un marcado carácter cultural, patrimonial y artístico no es nuevo y ya podemos encontrar varios ejemplos en Santiago, los que en un primer análisis arrojan virtudes y también desventajas asociadas a sus actuales estados de desarrollo, como el Barrio Bellavista, que es un ejemplo de renovación que revisamos en este y este artículo.
Es importante tener en cuenta que no se trata de poner de un lado u otro a los actores involucrados. Dentro de una comunidad las coexistencias de comercio, residentes, universitarios, etc., es indispensable para su desarrollo. Más que los ruidos molestos, que pueden ser normados y controlados, creo que el principal problema radica en la sensación de inseguridad por efectos de la delincuencia que se ha detonado en el sector, ya sea por la falta de control de carabineros o porque las condiciones del lugar no son adecuadas para una efectiva vigilancia.
Zalaquet propuso la puesta de luminarias y cámaras de seguridad en la plaza y, si bien es un inicio, la solución del problema creo que pasa por una respuesta conjunta de todos los implicados. El problema que surge ahora es cómo, lo que da para otro post.
- Municipalidad de Santiago (Chile). . Santiago Poniente: desarrollo urbano y patrimonio = développement urbain et patrimoine /. Santiago, Chile. Dirección de Obras Municipales; 2000. P.109 [↩]
- Municipalidad de Santiago (Chile). . Santiago Poniente: desarrollo urbano y patrimonio = développement urbain et patrimoine /. Santiago, Chile. Dirección de Obras Municipales; 2000. P.109 [↩]
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