Carta – Contaminación visual
(El Mercurio. 14/08/2009)
Señor director:
Escribo a partir una seguidilla de misivas publicadas en varios medios para corregir un error conceptual en el cual incurren aquellos que defienden la “colocalización” de equipos de distintos operadores en una sola antena o torre de telefonía celular.
Esta opción se pretende hacer obligatoria en el proyecto de ley que se discute en estos días en la Cámara, y, si bien es una alternativa que vale la pena evaluar, pensar que es la panacea para reducir la contaminación visual de nuestras ciudades está lejos de ser cierto. La colocalización obliga al uso de torres de gran envergadura, cuyo tamaño e impacto urbano puede ser superior al de las antenas camufladas de última generación. Su obligatoriedad también limitaría la posibilidad de instalar equipos discretos en azoteas y otras plataformas de bajo impacto visual.
Debemos iniciar en forma urgente un debate serio respecto a la contaminación visual en nuestras ciudades, el que debe incorporar a urbanistas, arquitectos, paisajistas, artistas y ciudadanos en general. Es inverosímil que un proyecto de ley que pretende legislar sobre el impacto urbano de las antenas provenga del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) ante la contingencia de la entrada de nuevos operadores de telefonía celular. La última vez que el MTT incursionó a solas en temas urbanos se llama Transantiago, y todos sufrimos las consecuencias de la falta de debate, información y criterio.
Pablo Allard
Arquitecto urbanista