Carta – Contaminación por plomo en Arica
(La Tercera. 20/08/2009)
Señor director:
El caso de la contaminación por plomo en Arica parece haber escarbado en terrenos donde hacía tiempo no se escarbaba y movilizado a personas e instituciones a las que últimamente no habíamos escuchado. Pero no hay que olvidar que situaciones como éstas se han vivido en otras partes de Chile. En Antofagasta, en 1998, el 48% de los niños de una población aledaña a un antiguo depósito de minerales presentaban concentraciones de plomo en la sangre tres veces mayores a lo observado en Arica. En 2005, una investigación corroboró el grave daño que esa exposición provocó en el desarrollo neurocognitivo de esos menores. Al conocerse este dato, la fuente contaminante fue retirada, tal como se hizo en Arica, y en ambos casos, nadie protestó cuando las autoridades de la época permitieron los acopios.
Pero el mal ya está hecho. Las soluciones no van por las compensaciones en dinero, sino por sacar a la gente de ahí, proporcionarles ayuda médica y sicopedagógica de largo plazo, y evitar que la ciudad se expanda hacia los sectores de riesgo.
Estamos ante una nueva muestra de las inequidades de la salud pública: son los pobres quienes sufren las consecuencias de la ignorancia o la negligencia de otros.
Giorgio Solimano
Dir. Escuela de Salud Pública Universidad de Chile