Carta – Represas y embalses
(El Mercurio. 26/08/2009)
Señor Director:
Me refiero aquí a las apreciaciones paisajísticas que mi colega Alberto Levy hace respecto de su visita al Alto Biobío en el año 1945, y a sus comentarios sobre la carta de Pablo Valenzuela V. Respecto de lo primero, y en honor a la precisión y exactitud con la que usualmente tratamos de desenvolvernos quienes tenemos esta profesión, debo precisar que entre los años 1992 y 1998 (antes y durante la construcción de los embalses Pangue y Ralco) descendí en kayak esa zona del río en alrededor de 40 oportunidades. Mi testimonio es el opuesto al que expresa el señor Levy: vi solamente hermosas riberas tapizadas con bosques nativos, cientos de esteros que se desparramaban en cascadas sobre el Biobío, patos correntinos jugando en las aguas blancas, truchas que saltaban en los pozones que creaba el río y aguas termales que afloraban a los pies del volcán Callaqui. En resumen, el lugar exudaba vida. Después de las represas, nada de eso queda.
Respecto de lo segundo, no me imagino a nadie mejor calificado que nuestro también colega Pablo Valenzuela, destacado fotógrafo de la naturaleza e incansable caminante de Chile, para dar una opinión informada respecto de los atributos paisajísticos de nuestro país.
Yerko Ivelic
Ingeniero Civil – Kayakista