Buenos Aires denuncia en La Haya que Botnia causará grave daño ambiental
(El Mercurio.15/09/2009)
Comenzó el juicio en la Corte Internacional para resolver la disputa entre Argentina y Uruguay por la instalación de una planta de celulosa que podría ser contaminante.
Con fuertes denuncias, Argentina inauguró ayer la primera de las más de diez audiencias previstas por la Corte Internacional de La Haya en el conflicto desatado en torno al funcionamiento en Uruguay de la planta de celulosa de Botnia, ubicada en la margen occidental del río Uruguay.
La controversia por la papelera desató el peor conflicto en décadas entre Argentina y Uruguay. Desde hace casi tres años un grupo de pobladores argentinos cortan el puente que conecta Gualeguaychú, en Argentina, con Fray Bentos, en Uruguay, en protesta por la instalación de la planta que consideran contaminante.
El conflicto, en el cual hasta el rey Juan Carlos de España intentó mediar, mantiene desde entonces crispadas las relaciones de los dos países.
La representante argentina, Susana Ruiz Cerutti, sostuvo ante el principal órgano judicial de ONU que la papelera causará un daño “irreparable” en el río Uruguay y en todo su ecosistema.
“No solamente implica un riesgo de contaminación, sino que sabemos que es contaminante”, aseguró Cerutti.
Denunció que a la población que vive en la ribera argentina, frente a Botnia, la planta “ya causó serios perjuicios” para su salud, para los animales y para la calidad del medio ambiente. La planta, dijo, constituye una “violación flagrante de las obligaciones del estatuto del río Uruguay” que fue firmado por ambos países en 1975.
“Autorización unilateral”
Buenos Aires puntualizó que, de acuerdo con ese estatuto, Uruguay tendría que haber consultado al gobierno argentino antes de conceder el permiso para la construcción de la planta de celulosa en las costas del río compartido, y acusó al país vecino de haber otorgado esa autorización de manera “unilateral”.
El gobierno argentino elevó el conflicto sobre las papeleras a la Corte Internacional de La Haya en mayo de 2006. En julio de ese año, la Corte Internacional falló provisoriamente que Uruguay no tenía que suspender la construcción de la papelera, porque no había suficientes justificativos para tomar una decisión en ese sentido.
Argentina buscaba una interrupción temporal mientras se consideraba si la acción violaba el tratado de 1975.
En enero del 2007, la Corte emitió otro fallo provisional, esta vez en contra del pedido de Uruguay de forzar a Argentina a retirar a los manifestantes argentinos que bloqueaban las rutas que unen ambos países.
La aspiración de la delegación argentina es que el Tribunal Internacional obligue al gobierno uruguayo a relocalizar la papelera de Botnia y suspender las actividades del puerto de Fray Bentos relacionadas con la papelera, como la recepción de madera.
Uruguay, por su parte, alega que la planta no daña el medio ambiente y que los bloqueos de ciudadanos argentinos causaron “enormes perjuicios económicos” al país.
Calidad del aire
Informes medioambientales uruguayos, de organizaciones internacionales no han hallado evidencia de polución. Un trabajo reciente en Uruguay de una comisión de seguimiento de la planta determinó que su actividad no generó variaciones en la calidad del aire, mientras que respecto de la calidad del agua estableció que en ninguno de los muestreos se registraron valores de dioxinas por encima de los límites permitidos, informó EFE.
Todos estos argumentos serán expuestos desde el próximo lunes 21 de septiembre hasta el jueves 24. Esta fase del proceso terminará el 2 de octubre.
Para entregar la sentencia, la Corte no tiene límites, y puede demorar todo lo que considere necesario para emitir un fallo definitivo que es inapelable. Las cancillerías de ambos países estiman que la decisión final se conocerá el primer trimestre de 2010.
“El olor que desprende la papelera de Botnia es putrefacto, como de huevos podridos”.
SUSANA RUIZ CERUTTI
Representante de Argentina
“Hemos escuchado. Vamos a responder. La próxima semana será nuestro turno”.
CARLOS MORA MEDERO
Embajador uruguayo en Holanda