Columna- El cierre del aeropuerto Los Cerrillos en cifras
(La Nación. 16/09/2009)
Por Patricio Herman *
Cuando Sergio Galilea encabezaba el proyecto Portal Bicentenario, a ejecutarse en el terreno del aeropuerto Los Cerrillos, dio a conocer públicamente cifras (ver nota) que resumimos: “La estimación que yo hago es que debiera haber un total de recursos públicos, incluidos los municipales, con una inversión de 110 millones de dólares que movilizan más de mil 200 millones de dólares privados”.
Nosotros le damos crédito a la aseveración de Galilea, porque lo conocemos como un profesional muy competente en estas materias, pero nos permitimos efectuar algunos cálculos sobre esas cifras globales. Debemos tener presente que los privados que harán negocios inmobiliarios en ese paño de 235 hectáreas para invertir mil 200 millones de dólares deberán pagar no más allá de 10% a 12% del valor del casco; es decir, entre 120 millones y 144 millones de dólares. Este porcentaje de 10% a 12% es el que manejan las constructoras en sus planillas electrónicas de cálculo y son parámetros indiscutidos. Una excepción a esta regla fue la venta del terreno más caro de Chile (el antiguo cine El Golf en Las Condes) en que, según entendemos, se pagó por el casco aproximadamente 18% del proyecto total. En el caso de grandes extensiones, como el terreno del ex aeropuerto Los Cerrillos, el valor pagado se ajustaría más a 10%.
Veamos si es cierto:
Hasta ahora se han vendido dos lotes: uno de seis hectáreas comprado por la Constructora Los Silos, la que pagó al Ministerio de Vivienda 1,7 UF el metro cuadrado; y otro de dos hectáreas comprado por Cencosud, que pagó al ministerio 2,1 UF el metro cuadrado. Si se considera que el paño total son 235 hectáreas y existirá un hermoso parque de 60 hectáreas, lo susceptible de vender será, después de calles, ensanches, intersecciones, urbanización y áreas públicas, no más de 130 hectáreas. Si se multiplican estas 130 hectáreas por 2 UF el metro cuadrado, llegamos a los 98 millones de dólares. Luego, el fisco recibirá de los privados por la venta de los terrenos de la ex base aérea una cantidad de dinero menor a la que invirtió para urbanizarlos, con lo que se da el contrasentido de que está perdiendo plata o, dicho de otro modo, está regalando el casco a las inmobiliarias.
La Ley General de Urbanismo y Construcciones obliga a los privados que lotean sus terrenos a que los urbanicen con sus propios recursos y, es más, éstos tienen que ceder 7% de la superficie de sus terrenos para áreas verdes y equipamiento, lo cual, como se comprenderá, no se da en el caso que abordamos. Sabemos que en el pasado el Estado ha urbanizado ciertas poblaciones, tales como la Villa Frei, la Villa Olímpica y antes la Población Juan Antonio Ríos, pero ahora el Serviu no ejecuta por sí ninguna obra de urbanización. Las políticas habitacionales del Estado se canalizan desde hace décadas a través de subsidios a la compra de viviendas sociales.
Y, como dijimos antes, un loteador privado inevitablemente para construir viviendas debe urbanizar por su cuenta el terreno y ceder a utilidad pública las circulaciones, vialidades, plazas, áreas verdes y equipamientos comunitarios, pavimentar, colocar postes. Y en los casos de megaproyectos deben asumir los costos de las externalidades negativas que generan en la trama urbana adyacente. Ahora bien, y ya que tanto se habla de transparencia en la gestión pública, formulamos a Adriana Delpiano, nueva titular del proyecto, que responda acerca de nuestro cálculo y desde ya le decimos que nos gustaría estar equivocados. Y, en paralelo, también va una consulta referida al asfalto de la pista del ex aeropuerto.
La ciudadanía debe saber que:
La pista de Los Cerrillos tiene una longitud de 2 mil 200 metros por 60 metros de ancho, sin contar las amplias avenidas de carreteo. La pista está compuesta por unos 45 centímetros de profundidad de concreto. Sobre dicho concreto había 25 centímetros de asfalto de alto grado de pureza y calidad que, dicho sea de paso, era de bastante mejor calidad que el que se coloca en las calles, que tiene una profundidad menor. Pero hemos sabido que el asfalto de esa pista fue removido y transportado en caravanas de camiones a algún lugar y sabemos que el asfalto es reutilizable. Por ello, le preguntamos al director del Serviu, dependiente del Ministerio de Vivienda, en qué precio se vendió ese “excedente” y si para ello se llamó a una licitación pública, ya que ese material, por su alto volumen, debería tener un precio de entre un millón y dos millones de dólares. Y si no se vendió a nadie, le preguntamos quiénes fueron los “expertos” de su servicio que aconsejaron tratar a ese asfalto como una simple basura.
* Fundación Defendamos la Ciudad