Con originales ideas quieren enfriar el planeta y succionar sus contaminantes
(El Mercurio. 17/09/2009)
Lorena Guzmán H.
Medidas drásticas son las que propone la geoingeniería, una nueva disciplina que busca combatir el cambio climático enfriando al planeta mientras se reducen las emisiones de gases. Aunque sus adeptos aumentan con el tiempo, las ideas que propone siguen provocando dudas.
A principios de mes, la Royal Society, del Reino Unido, entregó un extenso informe sobre los pros y contras de las propuestas ( http://royalsociety.org ). Su conclusión: faltan mayores estudios para asegurar que las intervenciones propuestas sean seguras.Largo camino
“La geoingeniería y sus consecuencias son el precio que tendríamos que pagar por nuestra incapacidad para actuar contra el cambio climático”, dijo durante la presentación del informe en Londres John Shepherd, de la U. de Southampton y líder del panel de doce científicos que elaboró el trabajo.
“Ninguna de las tecnologías abordadas hasta ahora es una varita mágica, y todas presentan riesgos e incertidumbres”, asegura.
Las propuestas se dividen en dos: regular la cantidad de calor o radiación que llega a la Tierra desde el sol, y capturar el CO {-2} de la atmósfera.
Poner en órbita una serie de espejos que reflejen la luz solar de vuelta al espacio puede bajar drásticamente la temperatura del planeta, pero ello no afecta en nada los niveles de CO {-2} en la atmósfera, advierte el informe.
Cubrir los extensos desiertos con una película reflectora, o simplemente pintar de blanco techos, carreteras y calles también ayudaría a la baja local de temperatura.
Todavía estamos en fase experimental, dice Francisco Meza, director del Centro de Cambio Global UC. “Además de costosas, estas soluciones pueden tener repercusiones importantes”.
Meza habla de medidas más radicales, como crear nubes sobre los océanos con pulverizadores especiales o liberar dióxido de azufre (SO {-2} ) en la atmósfera para atenuar la fuerza de los rayos solares que alcanzan la Tierra, reproduciendo lo que ocurre con una erupción volcánica.
Sólo esto último podría alterar la capa de ozono y modificar las precipitaciones.
“Son preguntas muy inquietantes: ¿alterarán o no la circulación general de la atmósfera, la fotosíntesis y la productividad, entre otros?”, advierte.
El segundo grupo de medidas, la captura de CO {-2} , “son bastante más promisorias, pero aun así puede traer consecuencias si no son aplicadas correctamente”, explica el experto.
Por ejemplo, la fertilización de los océanos y el crecimiento de algas que realicen fotosíntesis (y limpien el aire), dice, “puede alterar equilibrios ecológicos mayores”.
No obstante, el informe prefiere las técnicas que retiran el CO {-2} de la atmósfera, ya que atacan directamente el problema de las emisiones. Si bien es factible, todavía es lejana la medida más valorada por los expertos: inmensas torres que capturen el CO {-2} .
Apuesta en las nubes
El panel de expertos del Centro de Consenso de Copenhague aseguró que la manera más efectiva de usar los recursos es invertir “inmediatamente” en la investigación para bombardear las nubes sobre el mar para que éstas reflejen más la luz solar.
Otra de las ideas para regular el calor procedente del sol es crear nubes sobre los océanos mediante grandes pulverizadores instalados en barcos que recorrerían el planeta (en la imagen).
Los expertos aseguran que invirtiendo 9 mil millones de dólares en estas tecnologías podría revertirse el calentamiento global a fines del siglo.