Carta – Ampliación del Metro
(El Mercurio. 19/09/2009)
Señor Director:
En carta publicada en esta sección, el señor Fernando Noël critica dos decisiones adoptadas por Metro S.A. que él considera equivocadas: la ampliación de la Línea 1 desde Manquehue hacia Los Dominicos, en vez de haber seguido por Las Condes, y la elección de la tecnología de neumáticos en vez de ruedas de acero para esa y otras líneas de la red.
Al respecto quisiera señalar, con la libertad de no haber participado en ninguna de las dos decisiones, que ambas elecciones me parecen correctas luego de haberlas evaluado, aunque, por cierto, pueda haber discrepancias al respecto.
En primer lugar, cabe señalar que el eje Apoquindo tiene mayor densidad habitacional que Las Condes, 80 versus 40 habitantes promedio por hectárea según datos de Sectra, particularmente en la zona Sur de la extensión. Asimismo, los niveles de demanda de transporte público por Apoquindo son más altos, mientras que la oferta vial para transporte privado es mayor hacia el norte de estos ejes (Costanera Norte y Kennedy). La plaza Los Dominicos, por su parte, otorga facilidades de espacio para construir una estación terminal y constituye un importante punto de conexión modal, donde confluyen diversas avenidas y recorridos de buses, todo lo cual es relevante en un sistema con integración tarifaria.
Por la inversión requerida, el Metro se justifica en tramos con altos flujos. Por cierto, podemos pensar en muchos tramos con mayor demanda y rentabilidad social que El Arrayán, donde propone llegar el señor Noel.
Respecto de la tecnología de neumáticos en vez de las ruedas de acero, cabe señalar que los expertos coinciden en que las ruedas de neumático se caracterizan por tener mayor capacidad de aceleración y frenado, lo que las hace recomendables para tramos cortos, de estaciones poco distanciadas entre sí, tal como ocurre en las líneas que cuentan con dicha tecnología, especialmente la 1 y la 2; mientras que las ruedas de acero son más recomendables para tramos más largos entre estaciones, pues adquiere mayor velocidad, aunque se demore más en alcanzarla y en frenar. Por eso, en las Línea 4 y 4 A, especie de tren suburbano de bastante mayor distancia entre estaciones, se privilegió la tecnología de ruedas de acero. Las diferencias de costos de mantención entre ambas tecnologías son más bien despreciables. Sí es posible que los costos de adquisición y reposición tiendan a ser menores en las ruedas de acero por existir mayor competencia, fruto de un mercado más profundo, en este tipo de tecnología.
Agradecemos, de todos modos, la inquietud planteada.
Clemente Pérez E.
Presidente Directorio Metro S.A.