Indígenas reactivan campaña contra exploración geotérmica en El Tatio
MARIO ROJAS M.
Los pueblos precordilleranos expresaron su molestia con banderas negras y anunciaron la reactivación de una campaña para sumar firmas en rechazo a la explotación geotérmica, para presentarlas en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Amelia Mamani, de la comunidad quechua Sumac-Llajta, dijo que “recién se está explorando el primero de cuatro pozos y ocurre este desastre. Qué pasará cuando se pase a la explotación”.
La dirigenta anunció que continuarán su campaña contra la explotación de los géiseres. “Incluso, llegaremos hasta la Presidenta Michelle Bachelet, o su sucesor, e instancias internacionales, porque El Tatio está muriendo y nadie responde”.
Sandra Berna, alcaldesa de San Pedro de Atacama, que pertenece a la etnia atacameña (o likanantay), recomendó que las comunidades debieran tener mayor acceso al proyecto y a sus avances. “No se comparte y se debería informar más”, dijo.
El hecho fue denunciado por el guía del hotel Explora Atacama Cristóbal Ganderats, que junto a turistas brasileños concurrió a los géiseres, que reciben unas 40 mil visitas al año.
Al grupo le llamó la atención un fuerte ruido subterráneo y la presencia del chorro, a 4 km del resto de las fumarolas, donde realiza prospecciones la Empresa Nacional de Geotermia.
Ganderats dijo que “no se trata de estar en contra de extraer energía geotérmica, pero el ruido era ensordecedor y la catástrofe ecológica que puede producirse pone en peligro uno de los lugares más importantes del turismo de Chile”.
Acusan daño ecológico
“Era una columna de agua hirviendo que rompe el equilibrio ecológico de miles de años y, lo que es peor, es una fuga que no sabemos cuándo controlarán. Además del daño ya hecho, con fumarolas más pequeñas y algunas que se han secado”, añadió.
Jorge Guerra, director regional de Sernageomin, dijo que la empresa les informó sobre la contingencia. “En el lugar se constituyó nuestro personal y se evacuó un informe a la Conama, que realizará una evaluación ambiental”, explicó, agregando que “ya se tomaron las medidas de seguridad para evitar daños a las personas”.
La compañía calificó el incidente como un “evento de erogación de uno de los pozos de reinyección y no involucra impacto medioambiental alguno”.
Añadió que “está siendo monitoreado por un equipo técnico y el entorno no se verá afectado. Se tomaron las medidas de control y seguridad, como delimitación del área, resguardo de la superficie y restricción de acceso”.
En la primera fase del proyecto -en ejecución y a un costo de US$ 20 millones- se perforarán cuatro pozos de dos mil metros para evaluar el potencial geotérmico de la zona. Una eventual planta será construida en 2012.