Conservación de buses históricos
(El Mercurio. 20/09/2009)
Señor Director:
Junto con aplaudir la iniciativa de la familia Diez, dueña de la empresa TurBus, de instalar en la comuna de Estación Central un museo de automóviles -tema de un reportaje en la página B2 de la edición de ayer- lamento el escaso interés que en el país se ha demostrado en la conservación de buses históricos.
Entiendo que los únicos buses formalmente conservados son: (i) los antiguos trolebuses que siguen circulando en Valparaíso; (ii) otro trolebús que se restaura en el Museo Ferroviario de la Quinta Normal; (iii) un bus interurbano, a gasolina, del año 1949 y marca norteamericana Reo, que forma parte de la colección del Museo de Colchagua en Santa Cruz; (iv) una liebre del año 1961 y marca Ford, salvada por la pretransantiaguina Asociación Gremial Metropolitana de Transporte de Pasajeros, cuya presente ubicación desconozco, y; (v) un bus interurbano conservado por la propia empresa TurBus. No creo que haya otros.
Efectivamente, sin querer hacerlo, hemos impedido la conservación de buses, puesto que la legislación de principios de la década de 1990, referente al retiro de circulación de micros antiguas, por no autorizar explícitamente la conservación de las unidades retiradas, implícitamente la prohibió.
Ya es demasiado tarde para conservar los vehículos de transporte colectivo en que se desplazaron los padres y abuelos de la presente generación de chilenos. Pero aún tenemos una oportunidad de rescatar una selección representativa de los vehículos en que hemos viajado nosotros.
Ian Thomson N.