Inminente cierre de géiseres de El Tatio por riesgo para turistas
(El Mercurio. 24/09/2009)
POR MARIO ROJAS Y EDUARDO CAMPOS
Tras la alarma y molestia, el izamiento de banderas negras y la reactivación de una campaña internacional en rechazo a la exploración geotérmica, en las últimas horas se discute el inminente cierre indefinido del acceso a los géiseres.
El tema impacta al turismo en San Pedro de Atacama y alrededores, donde de los 120 mil visitantes que reciben al año, 100 mil concurren a este campo natural de geotermia, seguido de lejos por el Valle de la Luna.
Ayer las comunidades indígenas exigieron a las autoridades cerrar el acceso por motivos de seguridad. Y la primera respuesta provino de la Municipalidad de Calama, que esta madrugada enviaría una comitiva de técnicos, encabezada por el alcalde Esteban Velásquez, para evaluar en terreno el daño y riesgo para los turistas e informarse del trabajo de la Conama y del Sernageomin.
Desde el municipio -en cuya comuna se ubican los géiseres- se informó ayer que si los resultados son negativos, “el cierre es casi seguro”.
Amelia Mamani, de la comunidad quechua Sumac-Llajta, pide que el Gobierno evalúe el daño: “exigimos la presencia de los ministros de Energía (Marcelo Tokman) y de Minería (Santiago González) para que vean en terreno el daño y se comprometan a frenar las prospecciones”.
Julio Ramos, presidente del Consejo de los Pueblos Atacameños, dijo que “aumentó el caudal del río Salado, que estaba casi extinto, y algunos géiseres que sólo eran barro, ahora están con una actividad potente”.
La Empresa Geotérmica del Norte, a cargo de las prospecciones, indicó ayer que “no se registra ningún daño ambiental (…) hay que recordar que es un área intervenida, pues el pozo -uno de los cuatro que serán explorados- está localizado en plataformas históricas de Corfo”.
100 mil
visitas anuales, según Sernatur y la Cámara de Comercio de San Pedro.
40
empresas de turismo trasladan a diario, por casi 100 km, a los turistas.
Accidentes que dejaron huella y las críticas de parlamentarios
“El Tatio no tiene medias tintas”. Así advierten lugareños y operadores turísticos sobre los resguardos que deben tomar los visitantes y la obligación de respetar la señalética instalada por Sernatur en 2002, a más de 4 mil metros de altitud, y que a menudo debe ser repuesta.
En la última década en la zona se recuerdan dos accidentes fatales. En 2004, falleció el ingeniero civil Juan Esparza Guelet (32), que resultó con el 98% del cuerpo quemado. En octubre de 2002, el médico español Paulo Fernández-Raigosa Castaño (37) sufrió quemaduras en más del 90% del cuerpo tras caer a un cráter. Resbaló al pedirle a otro turista que le tomara una foto. Luego de recibir atención médica 10 días en Santiago, fue trasladado a Madrid, donde falleció.
A ello se suma la muerte de un turista francés en 1997 y un alemán en 1998.
Ayer hubo reacciones de parlamentarios. El senador José Antonio Gómez teme repercusiones internacionales y llamó al Estado a intervenir para sancionar responsabilidades, y su par Carlos Cantero acusó “un grave atentado ecológico”.