Editorial – Ferrocarril a la V Región
(El Mercurio. 04/10/2009)
Empresarios españoles han presentado al MOP un proyecto privado que propone un ferrocarril rápido entre Santiago y la V Región. Él utilizaría parte de la vía existente mejorada y construiría nuevas estaciones en Mapocho y Valparaíso. Con un túnel de ocho km de longitud en la zona de Tiltil, tendría un costo estimado en 635 millones de dólares. Al comunicar Santiago y la V Región en 50 minutos, haría de Viña del Mar y Valparaíso suburbios de Santiago. Además, se pretende que transporte carga, la que representaría dos tercios de los ingresos y facilitaría su financiamiento.
Esta conexión por ferrocarril rápido es un viejo sueño, que siempre ha enfrentado el problema de la cadena montañosa entre Santiago y Valparaíso, por lo que requiere túneles de alto costo que lo han hecho impracticable. Desde esa perspectiva, éste es uno más de los proyectos que afloran cada cierto número de años (otro similar será presentado por un grupo de profesionales ferroviarios). A favor de la iniciativa está el hecho de que su costo, siendo elevado, está en un rango al que nos hemos acostumbrado, considerando el costo de las líneas de Metro y de las autopistas concesionadas más importantes. La mayor comodidad de un viaje en tren respecto de un auto podría hacer que haya una demanda importante por este servicio, especialmente si estuviera conectado al Metro en Santiago.
En contra del proyecto está la alta probabilidad de que no sea rentable su privatización. En tal caso, requeriría un subsidio, lo cual hace más dudosa su conveniencia, especialmente por la incertidumbre respecto de la demanda por sus servicios y la existencia de sistemas alternativos por bus o automóvil. Y no es fácil combinar el servicio de pasajeros con el de carga, como lo muestra el contraste entre las industrias del ferrocarril en Europa y Estados Unidos. En la primera, la carga es poco importante; en el segundo, el tráfico de pasajeros es secundario. Tampoco existen muchos beneficios por el corto tiempo de viaje, dado que la carga en ferrocarril enfrenta el problema de cambio modal, que es lento.
Las menores emisiones de gases invernadero y contaminantes podrían justificar un subsidio, pero éste debería estar acotado sólo al efecto medible y verificable, y no a un criterio general que admita subsidios sin límite.
Si este proyecto no requiere subsidios estatales más allá de los asociados a la mitigación de la contaminación, su realización sería valiosa y cambiaría la relación entre Santiago y la V Región.