Resucitar a la moribunda Detroit está en manos de una ex estrella del básquetbol
(El Mercurio. 11/10/2009)
Por Carlos Solar Fornazzari
En la década de los 60 y 70, David Bing triunfaba jugando básquetbol por los Detroit Pistons en la NBA. Al igual que el resto de su equipo, disfrutaba viviendo en una de las cuatro principales ciudades estadounidenses de la época. No debió haber imaginado en ese entonces que la caída de la denominada Motown, la ciudad automotriz norteamericana por excelencia, se estaba comenzando a gestar. Menos pensó que sería él quien tendría en sus manos la labor de resucitar a la moribunda Detroit.
El alcalde Bing, de 65 años, más canoso que entonces pero aún alto y esbelto, tiene una tarea difícil. Desde que la ciudad alcanzara su récord de población con unos 2 millones de habitantes en los años 50, se ha deteriorado como ninguna otra urbe del país y ahora sólo viven allí 900 mil personas. Si a Nueva Orleans le pasó por encima un huracán, se suele decir que a Detroit la pisotearon décadas de enfrentamientos raciales, corrupción, una crisis inmobiliaria y otra financiera. Ésta última terminó por derrocar la industria automotriz con la caída de la insigne General Motors.
Un tercio de Detroit está deshabitada, el desempleo es del 29% (el mayor del país), el 70% de los asesinatos no son resueltos, y el déficit municipal es de US$ 300 millones. A eso se suma que sus escasos 900 mil residentes deben reconstruir una ciudad que acogía al doble de población.
¿Qué harán Bing y las autoridades? El edil afroamericano anunció esta semana su plan anticrisis, que incluye privatización de varios servicios como la administración del aeropuerto, cerrar colegios públicos, terminar con el servicio de buses de la ciudad, y reducir la burocracia para aliviar costos a la alcaldía. Unas 600 personas han sido despedidas en sus cinco meses de mandato.
Pero también se consideraron planes para crear empleo a partir de la necesaria reurbanización de la ciudad. Las opiniones coinciden en que de los 103 kilómetros cuadrados de terrenos con casas y edificios vacíos, la mayor parte debería transformarse en espacios verdes.
“Lo que proponemos es el concepto de ‘paisajes productivos’, que se definen como espacios que permiten la producción de bienes y servicios y la creación de puestos de trabajo. Un ejemplo es el parque eólico en el suburbio de Lackawanna en Nueva York”, señaló Dan Pitera, director del Collaborative Design Center, de la Universidad de Detroit Mercy. “Así se hace energía, se crean empleos, y la gente tiene un lugar para recrearse. Por lo tanto, Detroit sería una serie de centros urbanos densos, conectados a través de una red de ‘paisajes productivos'”, explicó.
Según el profesor del departamento de Geografía de la Michigan State University, Joe T. Darden, Detroit debería ser más chica para albergar a la población justa. “En las áreas no utilizadas se pueden crear zonas agrícolas de cultivo de frutas y hortalizas frescas, productos básicos que escasean en la ciudad. Con estos productos, la ciudad puede abrir nuevos mercados”, agregó Darden.
“Un nuevo comienzo”
La mitad del área urbana en desuso fue adquirida por la ciudad a través de la ejecución de hipotecas. Sin embargo, los limitados poderes del gobierno local para usar esos terrenos con fines económicos, los desafíos que implican la gestión de la propiedad pública de la tierra y la oposición de los residentes afectados y sectores políticos, han hecho difícil que se usen esas tierras, dice el abogado John Mogk, profesor de la Wayne State University en Detroit.
“El nuevo comienzo de Detroit” es el lema de Bing. Pero dónde terminará, es temprano para saberlo. Algunos han señalado que se está mirando el ejemplo de ciudades europeas, desde Inglaterra a la ex Alemania oriental, donde se ha lidiado con los efectos de la pérdida de población.
Para John Mogk, la ciudad debe tener un rumbo fijo: “consolidar su población y localizar estratégicamente nuevas inversiones para poder prestar servicios municipales eficientes”.
10 a 1
sería la proporción entre las casas que se demuelen y las que se construyen en Detroit.
90 mil
estudiantes asisten a las escuelas públicas de la ciudad. Hace nueve años eran 160 mil.
2 millones
de habitantes tenía Detroit en 1950. Hoy su población apenas llega a 900 mil.
Optar por una ciudad verde
De los más de cien kilómetros cuadrados de terrenos construidos que hoy permanecen deshabitados en Detroit, los expertos calculan que usando tres cuartos de ese territorio en áreas verdes, los 900 mil habitantes de la ciudad podrían gozar de 98 metros cuadrados de área verde per cápita. “Esto sugiere que Detroit tiene la capacidad de convertirse en la ciudad más verde de Estados Unidos, lo que influiría directamente en la calidad de vida de sus residentes”, señaló el arquitecto Dan Pitera, de la Universidad de Detroit Mercy. Según Pitera, a modo de comparación, San Francisco tiene aproximadamente 17 metros cuadrados de espacio verde por ciudadano.