Circuito turístico abrirá centenarias iglesias chilotas
(El Mercurio. 18/10/2009)
POR SOLEDAD NEIRA FARÍAS
Desde noviembre, quienes se animen a internarse en la costa interior de la Isla Grande de Chiloé podrán visitar los rincones de cinco de las 16 iglesias de madera de la vieja escuela de carpintería de la zona, declaradas Patrimonio de la Humanidad el año 2000. Un tramo de 187 km desde Ancud, que se podrá cubrir a la usanza local: sin apuro.
Cuatro de estos templos fueron intervenidos por la Fundación de Amigos de las Iglesias de Chiloé (FAICH): Colo, San Juan, Tenaún y Castro. Se restauraron pórticos y fachadas, y buscan recursos para iniciar trabajos en el templo de Dalcahue.
Hasta hace poco, las tres primeras eran casi inaccesibles a cualquier visitante, sin embargo las mejoras a caminos rurales permiten ahora el acceso más expedito. Aunque hay otro escollo: las iglesias aún cumplen su función religiosa con oficios programados, pero la mayor parte del tiempo están cerradas.
En Tenaún, Marie Claire y Serge, franceses, llegaron desde Valparaíso, y tras recorrer Dalcahue y San Juan, casi se regresaron frustrados. No habían podido entrar a ninguna iglesia por un asunto doméstico no menor: nadie sabía quién tenía las llaves de los templos.
Desde el 2 de noviembre, primero en marcha blanca, la FAICH implementará un sistema de visitas para que estas maravillas de la religiosidad y de la arquitectura del archipiélago chilote sean también un polo de desarrollo.
Personas de las comunidades, elegidas por sus pares, serán los guías y tendrán abiertas las iglesias. La fundación los está capacitando para que cuenten a los visitantes la historia de sus templos. Reliquias, libros de matrimonio de hace dos siglos, registros de difuntos y casullas, entre otros elementos religiosos, serán mostrados por primera vez a los visitantes en exposiciones locales en cada templo.
Se podrán visitar individualmente o en buses dispuestos por operadores turísticos. Para que el viaje sea una experiencia sin contratiempos, toda la información necesaria estará en Ancud.
En esa localidad, la FAICH empieza a armar una sala de exhibición en el ex Convento de la Inmaculada Concepción, donde además funciona la Escuela de Carpinteros. Tendrá información histórica, pero también se podrán conocer -en piezas a escala- las antiguas técnicas de construcción que permitieron a los carpinteros isleños construir estas enormes iglesias, en la mayoría de los casos sin usar un solo clavo.
Impulso al turismo
La fundación también impulsa a los vecinos a preparar una oferta turística: lugares para comer y dormir, o atractivos como un astillero de una familia de carpinteros de ribera que hace sus lanchas junto al camino, en el cruce a Quemchi.
Tras su declaratoria como Patrimonio de la Humanidad, el interés de los visitantes es creciente, especialmente entre extranjeros. “Vienen de todos lados, pero especialmente desde Francia, Italia y España”, cuenta Marta Aquintui, ya seleccionada como guía de la iglesia de Colo.
Aquintui habilitó un baño, dormitorios, comedor y un quincho para recibir visitantes. Su iglesia tiene un plus: allí vive el padre Mariano Puga, recién condecorado como Héroe de la Paz y, a juzgar por los mensajes en los libros de visitas de la Iglesia, un verdadero imán para los visitantes.