Carta – Estatua de Juan Pablo II
(La Tercera. 21/10/2009)
Señor director:
Qué desgastante y cansador, por lo inoficioso y estéril, resulta leer y escuchar día a día las discusiones bizantinas respecto de las dimensiones y el emplazamiento del monumento que un importante sector de la comunidad ha decidido erigir en memoria de Juan Pablo II, como una forma de agradecerle la decisiva intervención para evitar que nuestro país se enzarzara en una guerra fratricida con nuestro vecino de allende los Andes. Sobre el particular han opinado personalidades de todos los ámbitos del quehacer cultural, artístico, arquitectónico, entre otros, esgrimiendo infinidad de argumentos, muy atendibles unos y deplorables otros. Sin embargo, todos parecen olvidar el fondo y se enfrascan en polemizar respecto de la forma. El tamaño del monumento es directamente proporcional al tamaño del agradecimiento que todos los chilenos tenemos para con el Papa por las razones señaladas. Es lamentable que hasta Juan Pablo II haya tenido que conocer también nuestro patrimonial “pago de Chile”.
Humberto Humire Gutiérrez