Editorial – Estatua del Papa: ¿Argumentos reales?
(La Tercera. 17/11/2009)
Muchos pueden disentir sobre un tema, pero un requisito básico es hacerlo sobre la base de conocimiento e información fidedigna y fundamentada. Que se formulen aseveraciones sin antecedentes técnicos de peso es, a lo menos, cuestionable. Y con esto me refiero concretamente a la resolución unánime del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) que niega el emplazamiento de una estatua en homenaje al Papa Juan Pablo II y que califico, sencillamente, de sorprendente.
No hay duda de que todo dictamen de un organismo debe ser acatado -el CMN no es la excepción-, pero me parece necesario invitar a una reflexión sobre los argumentos que respaldan su resolución, ya que marcan el precedente (¿y riesgo?) que enfrentarán iniciativas similares en el futuro, ante la carencia de normativas claras que alejen tajantemente toda posibilidad de una evaluación subjetiva o motivada por prejuicios de cualquier índole.
Nuestra disponibilidad al diálogo siempre ha sido la mejor. Tanto Boza Arquitectos como la Municipalidad de Recoleta entregamos en forma expedita todos los antecedentes necesarios para entender y contextualizar esta iniciativa, surgida de la donación por parte de la Universidad San Sebastián de una estatua del Pontífice a la comuna. Tal como lo exige la rigurosidad profesional y técnica, propusimos varias alternativas de alturas y ubicaciones del monumento, llegando incluso a una altura total de 7,5 metros, medida que dejaba a esta escultura dentro del rango promedio de los monumentos emplazados en la ciudad.
Llama la atención que los fundamentos esgrimidos por el CMN se sustenten en aspectos urbanísticos subjetivos, como mantención de especies arbóreas (un tema paisajístico como éste, ¿es competencia del CMN?); o que se señale que el emplazamiento no correspondería a la dignidad de Juan Pablo II, ya que quedaría sobre estacionamientos subterráneos, pese a que esto último carece de veracidad, ya que los planos demuestran que queda sobre tierra, a dos metros de distancia de los mencionados estacionamientos, los que -dicho sea de paso- aún no existen.
Imagino, entonces, que deben ser indignos otros monumentos situados sobre estacionamientos subterráneos, como los de los ex presidentes de Chile en la Plaza de la Constitución, o el de Manuel Baquedano, sobre la estación de Metro que lleva su nombre. Respecto de rechazar el proyecto porque el personaje debe tener alguna vinculación con el lugar donde se ubicará el monumento en su homenaje, ¿qué pasa con la decena de estatuas en Santiago de figuras mundiales que nunca han visitado el país como, por ejemplo, Gandhi?
A estas argumentaciones se suma la desafortunada frase de la vicepresidenta del CMN, Nivia Palma: “Las imágenes mostradas por los distintos canales de televisión y que han sido proporcionadas por la Universidad San Sebastián son imágenes que no son a escala. Por lo tanto, son -sin quererlo, por cierto- falsas”. Si acogemos su criterio, ¿qué premisa fue la que fundamentó el dictamen del consejo? Un dato clave: todos los planos, maquetas e imágenes 3D entregadas por mi equipo profesional al ente público están a escala y son irreprochables desde el punto de vista técnico.
Queda la duda sobre las auténticas motivaciones de la resolución, toda vez que había más de 100 opciones de readecuación del monumento de Juan Pablo II, una figura de indiscutible liderazgo mundial -sobre cualquier diferencia valórica-, lo cual honra y justifica su presencia en el espacio público.