Para algunos fumadores en Nueva York, incluso su hogar es un ambiente prohibido
(El Mercurio. 20/11/2009)
The New York Times
En Nueva York, el movimiento en favor de prohibir que se fume ha crecido tan rápidamente, que ningún lugar parece inmune. Sin duda, no los restaurantes ni los bares, y tal vez no falte mucho para que las playas y parques sigan la tendencia. Pero ahora los esfuerzos se están expandiendo, incluso, hasta los hogares.
Una cantidad cada vez mayor de propietarios quiere prohibir que se fume en sus departamentos, y advierten a los posibles arrendatarios que pueden ser expulsados si lo hacen.
Este mes, la inmobiliaria Related Companies prohibirá fumar en algunos de sus 17 edificios ante la preocupación por la salud de los fumadores pasivos. En todo caso, los fumadores que ya viven en estos edificios no se verán afectados, según Jeff Brodsky, presidente de Related. Pero los nuevos arrendatarios tienen que prometer que no fumarán.
Kenbar Management, una constructora local, está yendo un paso más lejos. Cuando su nuevo proyecto, 1510 Lexington Avenue, se inaugure en diciembre, se prohibirá fumar en los 298 departamentos, además de los lugares comunes. No sólo eso: los arrendatarios deben estar de acuerdo en no fumar en ninguna de las veredas que rodean el edificio, según Kinne Yon, jefe de Kenbar.
“Creo que es absolutamente absurdo”, manifestó Bryan Marx, de 53 años, quien ha vivido en un edificio de Related desde 1999. Él fuma en su departamento, pero contó que redujo el hábito hace unos años para apaciguar a un vecino. “Los fumadores hemos llegado a ser los chivos expiatorios de todo lo que es poco saludable”, agregó.
Si bien no hay duda de los peligros de fumar en forma pasiva, existe un debate sobre si la cantidad de humo que se puede transmitir de un departamento a otro es dañina. Un estudio reciente del Departamento de Salud de Nueva York encontró que alrededor del 57% de los no fumadores había estado expuesto a niveles importantes de humo de cigarrillo, lo que produjo sospechas entre los expertos de que los moradores de departamentos pudieran ser susceptibles al humo de sus vecinos.
La ciudad de Nueva York ha estado a la cabeza de los esfuerzos para que se prohíba fumar en bares y restaurantes, y el director de Salud de la ciudad, Dr. Thomas A. Farley, declaró en septiembre que estaba a favor de que se prohibiera fumar en las playas y parques de la ciudad.
Aunque Nueva York no tiene ningún plan para promover la prohibición en proyectos habitacionales públicos, la ciudad sí ayudó a la inmobiliaria Related en la investigación sobre los efectos en la salud del humo del cigarrillo en los edificios de departamentos, precisó el Dr. Farley. “Nuestro interés es que los individuos tengan sus hogares libres de humo”, agregó.
Pan Am Equities, una empresa de administración de bienes raíces, fue una de las primeras en Nueva York en introducir una prohibición de fumar en un edificio de departamentos. Hace unos 18 meses, la compañía pidió a los nuevos arrendatarios que prometieran no fumar, aunque la prohibición no afectó a los inquilinos existentes.
Brodsky, de Related, indicó que se tranquilizaría a los inquilinos existentes en cuanto a que no se los expulsaría ni se los presionaría para que se fueran.
“Creo que es algo muy bueno”, manifestó Dale Smith, de 41 años, quien vive en uno de los edificios Related. Smith, quien no fuma, contó que se había quejado a su arrendador por el humo de cigarrillo en su departamento. “Una política que se adoptó porque algo resultó ser peligroso en los restaurantes también debería hacerse efectiva en el hogar”, precisó.
Expertos sostienen que no hay ninguna ley en Estados Unidos que impida que los arrendadores prohíban fumar en sus edificios. Sin embargo, el tema levanta preocupaciones sobre los derechos civiles de los fumadores.