Carta – Urbanismo verde
(La Tercera. 08/12/2009)
Señor director:
Aprovecho que en estos días se celebra la XV conferencia sobre el cambio climático en Copenhague para mirar al pasado en busca de buenas ideas que nos ayuden a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.
En 1934, Le Corbusier propuso un proyecto llamado “una casa, un árbol”, como parte del Plan Macià para Barcelona. El proyecto era un sistema organizativo para viviendas sociales que consistía en proveer solo paredes divisorias y árboles para estructurar el espacio. El proyecto nunca fue construido, pero la idea de igualar el número de viviendas construidas a la cantidad de árboles tiene un gran potencial. Que interesante sería si pudiéramos aplicar esta idea a nuestra Ordenanza General de Urbanismo y Construcción. Así, tal como hoy se regula el ancho de las vías de escape de un edificio por la cantidad de gente que habita en él, podríamos regular la cantidad de árboles según la cantidad de unidades vendibles o m2 de un proyecto.
Una vez regulado, el gobierno podría implementar “subsidios verdes”, que incentiven la plantación de más árboles que unidades vendibles por proyecto o la incorporación de especies endémicas en los jardines, que nos permitan preservar parte de nuestro maravilloso paisaje.
Eugenio Simonetti Toro
Arquitecto y profesor Universidad Finis Terrae