Laptops, niños, un documental… ¿posibilidades nuevas nos trae Latinoamérica?
Tal como Chile se asoma a las elecciones del próximo fin de semana, en Latinoamérica se suceden acontecimientos políticos que quedarán registrados en la historia de estas décadas. En Bolivia Evo morales consigue un triunfo abrumador y un diario como La Tercera dice en Chile “El crecimiento del PIB boliviano se prevé en un 3,2% en 2009, el más alto de la región, mientras que el FMI ha destacado la política macroeconómica del mandatario”. En Uruguay, en tanto, el ex guerrillero Pepe Mujica triunfó en segunda vuelta, continuando con el proceso iniciado por Tabaré Vázquez. Es justamente una medida política del gobierno de éste último la que motiva este post. Se trata del Plan Ceibal. Invitamos a todos a ver este video (tiene 3 partes), por si no conocían el programa de alfabetización digital que por primera vez en la historia logró hacer que todos los niños de un país completo aprendieran mediante sus laptops, y en conectividad total desde sus escuelas.
Sí; es algo que ocurrió en una nación latinoamericana. El video de arriba tiene un especial valor que tiene que ver con el sentido indicado por el presentador del Canal 26 argentino. En los primeros minutos del video hay una crítica fuertísima a la “política” en toda su plenitud. Se está hablando desde el sentido de la conducción de un país, hasta el impacto de medidas concretas, claramente medibles.
Si bien existe un debate no menor en torno a este Plan Ceibal u otras alternativas como el “Un Computador por Niño”, que ha intentado ser promovido en espacios muy reducidos en Chile, la potencia de este ejemplo en cuanto a política pública roza ciertos aspectos materiales y simbólicos que parecían desaparecidos por mucho tiempo. Me refiero a la fuerte construcción de sentido que es fácilmente perceptible en el video. Tiene que ver con la capacidad de distribuir un bien fundamental para el s.XXI en forma equitativa; también con la potencia de un discurso que tiene como centro los niños y el futuro, la educación para lograr equidad… pero por sobre todo quiero hacer hincapié en la potencia de asociar todo esto a Internet como un nuevo espacio que permite generar lecturas alternativas al proceso de globalización.
Efectivamente, lo desarrollos que se abrieron alrededor de este nuevo espacio ha surgido una especie de entendimiento de una nueva ciudadanía. Por ahí conceptos como el Open Source y copyleft han cuestionado literalmente el concepto de propiedad occidental. Ha permitido que surjan conceptos de “bienes comunes”, de la mano con la agenda de la responsabilidad ambiental que hoy moviliza voluntades en Copenhague. En conjunto conforman un nuevo discurso ciudadano; nuevas demandas, nuevas ideas.
Quiero tocar este ejemplo para contrastarlo directamente con Chile, y vincularlo indirectamente con el problema de la ciudad.
En el mundo existe efectivamente un intento multitudinario de construir la idea de un nuevo ciudadano que explora sus libertades individuales en un nuevo tipo de comunidad universal, y que protagoniza una existencia democrática frente al poder. Por muy “virtual” que ese modelo sonara en los 90s, hoy gracias a los aportes de teóricos como Saskia Sassen o Edward Soja sabemos que lo geográfico y lo físico-espacial se transforman en dimensiones que aumentan como nunca su relevancia.
El caso del Plan Ceibal ilustra la importancia concreta de ciertos tipos de infraestructura. En particular las redes de wi-fi. Sin embrago, es imposible no entenderlas imbricadas a la infraestructura educacional estatal y los procesos pedagógicos e institucionalidad educativa que vive y evoluciona en las salas de clases, de la mano de los profesores uruguayos.
A lo que quiero apuntar, es a la potencia que tiene el llamado de Edward Soja de pensar en una organización social para planear una política “espacialmente inteligente”. Tiene que ver con darse cuenta del desgarrador problema de la Educación en Chile y su relación con las discusiones que tenemos sobre la ciudad. Darse cuenta que los dramas y desigualdades ocurren en algún lugar. Pero también que cuando hablamos de segregación y falta de equipamiento, se trata de esas imágenes que nos muestran el problema “poco localizado” o “generalizado” de la educación. Las manchas del plano contienen esas imágenes y esos dramas humanos con rostro.
Existe un punto de partida que es conceptual, y que implica involucrar todas estas variables en una agenda política (en el amplio y mejor sentido de la palabra). Para quienes piensan las ciudades, tiene que ver con pensar una forma de vivir estos espacios, pero entendiendo que las herramientas para construir desarrollo y calidad de vida muchas veces no son del orden físico-espacial, sino que sólo al final se reflejan en él.
El presentador habla del Plan Ceibal como la “medida política más importante”, quizás en Latinoamérica. ¿Podemos imaginar las consecuencias socio-espaciales que tiene una medida como ésta? Tal vez lo más claro es la potencia simbólica y la construcción concreta de políticas públicas que construyen el sentido de cierta utopía. Sin embargo ¿Cuál es la Ciudad que le corresponde a esa nueva ciudadanía? ¿Cuáles son esos nuevos derechos a la ciudad y, por lo tanto, a la “nueva ciudadanía”? ¿Cuáles son los proyectos que construyen esa ciudad justa?
Si Ud. se emocionó, aunque sea ligeramente, con el video – a pesar de todas las críticas que puedan hacerse a las ideas de Negroponte –, sepa que no es el único. Habría que tener la capacidad de sintetizar hechos como los descritos en al principio con programas que apunten a sueños de futuro, con medidas objetivas, materiales, concretas, que nos impulsan a expandir los límites de lo posible. Sepa también que en lugares cercanos nos demuestran que la política sirve para eso, y no sólo para la endogamia a la que tratan de acostumbrarnos. Suerte que hay cosas tan interesantes aquí, en el barrio latinoamericano.